La decimotercera letra-fuerza es el Mem. En el estadio anterior hemos visto que se produce la transición entre las ideas y las realidades prácticas. El Mem representa ese estado de las energías cósmicas en que los elementos materiales se ofrecen al individuo para que estructure con ellos su obra.
Como el Aleph (1), el He (5), el Teith (9) (las que corresponden a los signos cardinales, Aries, Cáncer y Libra), el Mem es portador de semilla, pero aquí se trata de semilla material para la edificación de formas físicas y formas sociales, es decir, instituciones que han de dar cobijo a la vida social del individuo, de igual modo que las formas físicas dan cobijo material...
En el ciclo zodiacal, el Mem corresponde a Capricornio, y de ese signo, regido por Binah, recoge los materiales físicos que le permitirán construir el universo material.
En el ciclo sefirótico, el Mem corresponde a Hesed en su segundo ciclo de manifestación, y de él toma ese carácter de «aguas maternales en las que toda existencia tiene su origen», de las que hablan los cabalistas refiriéndose al Mem. Hemos visto que el Daleth (4) es el segundo He primordial, representado en el mundo sefirótico por Hesed-Júpiter, el cual, en ese mismo mundo sefirótico es también el Yod de un nuevo ciclo.
El Mem representará más particularmente ese aspecto Yod de Hesed, es decir, representará la facultad de crear una nueva realidad que llevará en sí, a título de potencialidad, la lujuriante abundancia de Hesed-Paraíso. Así pues, se reunirán en el Mem, el poder creador (voluntad) procedente de Kether, por ser una letra Yod, iniciadora de un ciclo, la capacidad fecundadora de Hesed y la facultad de reducir, concentrar y dar cohesión, procedentes de Binah a través de Capricornio.
En el Tarot, el Mem está representado por la lámina nº 13, que lleva el nombre de la Muerte aunque, curiosamente, en los Tarots antiguos esta lámina no lleva nombre. Por todo lo que hemos dicho sobre el Mem, es difícil conciliar la idea de muerte con la plenitud de flujos sefiróticos que se derraman sobre ella. Pero sí debemos sacar una primera interpretación, y es que en el Mem, Kether, Binah y Hesed están al servicio de lo material, y si ya dijimos al hablar del Lamed (12) que en esa estancia el ser se distancia de las leyes del cielo para conocer las de la tierra, en el Mem sucederá que el ser ha olvidado totalmente su estirpe espiritual para vivir plenamente la materialidad.
Si muerte hay en el Mem es una muerte provisional de la espiritualidad, hasta que la redescubra hurgando en las cosas de la tierra.
En la lámina nº 13 vemos un esqueleto armado de una guadaña, arrancando de la tierra cabezas, brazos, piernas, o sea, los elementos básicos para la construcción del hombre. Ese esqueleto no es una imagen de la muerte, sino una representación sublime de lo primordial. El esqueleto es lo primero que se forma en el ser humano y lo último que desaparece. Todas las fuerzas del universo han trabajado en la elaboración de ese esqueleto, alrededor del cual se estructura la vida.
Es decir, que ese esqueleto recogiendo elementos para formar su ser físico nos anuncia que una nueva realidad está empezando para nosotros y nos llama para construir nuestro propio ser físico y todas las moradas que han de permitirle llevar una vida organizada.
Si la lámina nº 13 aparece en tu juego, interprétala en el sentido de que abordas un período de realizaciones materiales: dispones de los medios necesarios para organizar la existencia física y estructurarla; llevas en ti el germen de todas las edificaciones sociales y, como tal, puedes ser el arquitecto, el ingeniero, el legislador, el creador de los marcos legales en que se desarrollan las actividades humanas. Significa que dispondrás de los medios materiales necesarios para la obra pero, por moverte en el mundo de la materia, trabajarás con poca luz y todo cuanto hagas llevará el sello de lo perecedero.
Anuncia, pues: poder de realización, dirección de empresas, encumbramiento en la jerarquía social, pero todo ello con carácter precario y transitorio, como transitorio es nuestro peregrinaje por la materia. Significará igualmente desconexión con la espiritualidad, etapa de ateísmo, de negación de lo divino, de búsqueda de una verdad a nivel funcional: triunfo de los objetivos materiales sobre los espirituales.
Kabaleb