¿Qué es un esquema o patrón de comportamiento?

Puede definirse un esquema de comportamiento como un modelo, un molde que prefigura la forma (la cristalización) de un acto, de una actitud, que inclina a tomar cierta posición.

Expresado de otra manera, vendría a ser el modo –regular- con el que nos enfrentamos a las situaciones y la forma que damos a la acción que plasma nuestros deseos e intenciones, prefigurando nuestra personalidad.

Un esquema o patrón de comportamiento puede ser (una vez heredado), en términos generales, el resultado de acontecimientos o vivencias acaecidas con anterioridad (grabadas en nuestro código psicológico, alguna de ellas) –en la infancia o la adolescencia su mayoría - y que se repiten en nuestra vida de forma recurrente hasta que las asumimos, las comprendemos, las superamos o las eliminamos.

A su vez, el patrón también será (cuando haya sido adoptado) el responsable de algunas de nuestras actuaciones futuras. Un esquema nos transmite información que, de forma repetitiva, incide en el desarrollo de nuestra personalidad. Una gran parte de los esquemas de comportamiento se heredan de los padres.

Esta afirmación parece razonable si tenemos en cuenta que los progenitores son los tutores de los valores de sus hijos y los que pueden ejercer mayor influencia durante los primeros años de su existencia, los más importantes en cuanto a formación de la personalidad. En algunos casos se hereda un patrón de otra persona ajena al núcleo familiar, pero en general se trata de alguien muy allegado, que puede estar ejerciendo un papel de padre o madre.

Este era, años atrás, el caso de los padrinos, que debían sustituir a los padres cuando estos se ausentaban o les ocurría una desgracia. Podría decirse que Esther tuvo una infancia normal, si prescindimos del hecho de que tenía un padre (con la autoestima muy baja) que la menospreciaba y le repetía que nunca llegaría a nada en la vida, que siempre estaría en el pelotón de los torpes. Con esfuerzo y tesón Esther consiguió sacarse la carrera de pedagogía y se inició en el mundo laboral.

Los desdeños de su progenitor forjaron en ella una fuerte voluntad de superación que la llevaron a encontrar puestos de trabajo con mucha facilidad. Pero estaba marcada por un complejo de inferioridad que la ha llevado a sentir la necesidad de superarse constantemente y a cambiar de trabajo para poder llegar a más. Por bien considerada que estuviera en su profesión (y lo está) nunca tenía suficiente. Se casó con un ingeniero de reputación, al que idolatra por sus capacidades intelectuales y por la posición laboral que ha conseguido, pero que le hace sentirse de nuevo inferior.

El menosprecio de su padre ha sido asimilado como un esquema de comportamiento de baja autoestima, que la lleva a sentirse insegura y que genera en ella insatisfacción. Además, este patrón está empezando a incidir en la educación de su hija (que ya da muestras de inseguridad) y a la que ha cambiado tres veces de colegio en tres años. El esquema de baja autoestima está en la base de la mayoría de los problemas de personalidad y toma miles de formas distintas.

El padre de Esther fue machacado en su amor propio por sus padres porque decidió casarse con una mujer de clase social distinta a la que aspiraban sus progenitores y consiguieron que se sintiera inferior. Él, a su vez machacó a su hija por tomar una orientación profesional distinta a la que él había soñado. Los patrones vienen a ser como algunos virus, mutan al entrar en un nuevo cuerpo, pero siguen transmitiendo la misma enfermedad.

Todos los seres humanos están ligados a algún esquema de comportamiento que proviene de los padres, aunque sea en el ámbito del inconsciente – incluso en los casos de muerte o abandono de alguno de los progenitores. Los patrones suelen limitar cuando se ejecutan de forma inconsciente, ya que desconocemos la razón que nos lleva a actuar de un modo u otro, a ofrecer la misma respuesta que nuestros padres, aunque sea ante un contexto distinto. Sería por ejemplo el caso de aquella persona que, movida por esquema que haya derivado en un complejo de inferioridad, se ata al “autoritarismo”, lo cual le llevará a querer imponerse a los demás en determinadas facetas de su vida, en especial cuando se sienta cuestionada.

Es habitual encontrar este patrón en hijos de militares, de policías o de personas que hayan sido educadas con un marcado acento marcial.Seguirá un proceso similar el que movido por un patrón de baja autoestima, se cuelga de la actitud del “pobre de mí.” Se trata de alguien que intenta atraer la atención de los demás, sus cuidados, a través de quejas continuas. A menudo la persona consigue ponerse enferma para defender mejor su argumentación, penetrando en el terreno de las llamadas afecciones psicosomáticas. Afecciones psicosomáticas son aquellos tipos de patologías, alteraciones del comportamiento, cuyo origen es psíquico pero su sintomatología o manifestación es física. Sería el caso del dolor de barriga o la fiebre de un niño que se niega a ir al colegio porque se ha peleado con un compañero.

Cualquier esquema de los mencionados crea bucles que encierran al implicado, limitando de forma alarmante su creatividad y su capacidad de aprendizaje y de avance, dado que ante situaciones distintas tiende a responder siempre de la misma manera. La toma de conciencia de los esquemas de comportamiento heredados da la posibilidad de facilitar respuestas distintas a las numerosas vivencias que le ofrece su actividad diaria.Es preciso comprender que cada ser humano está formado por innumerables tendencias.

Todos somos buenos y malos, orgullosos y humildes, generosos y egoístas. Pero cada cual desarrolla más un aspecto de su personalidad, en función de sus necesidades evolutivas y de los patrones heredados.Los esquemas de comportamiento suelen ser limitadores y quizá sea ésta la propiedad que la gente busca – de forma inconsciente – en ellos, ya que la limitación o la repetición de un acto que se domina confiere seguridad.

Cuanto más limitada es una actitud, más fácil es controlarla (en apariencia). Pero su sentido limitador retrasa nuestra evolución, puesto que nos impone respuestas repetitivas que, por serlo, han perdido su contenido experimental. Siempre que nos comportamos siguiendo pautas inconscientes y que por ello se consideran ajenas a nuestra personalidad, perdemos la oportunidad de desarrollar nuestra propia estrategia.

Un esquema de comportamiento es como el molde que se utiliza para fabricar un anillo en serie, su hechura es siempre la misma y aunque utilicemos un material distinto para rellenarlo (anécdotas diferentes) seguimos ofreciendo respuestas estándar. Romper el molde –el patrón- equivale a buscar el modelo de anillo exclusivo, a desconectar el piloto automático, a dirigir la propia vida.


Tristán Llop
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La herencia, ¿la aceptamos?

¿Por qué en ocasiones resultan poco fluidas las relaciones con los padres? ¿tengo que huir de casa para desprenderme de los patrones? ¿Cuál es mi herencia?

Esquemas de comportamiento, la transmisión de una herencia inconsciente

En la película “condenado”, Robert De Niro trata de huir de la sensación de abandono que él dice que sufrió cuando su padre fue ajusticiado en la silla eléctrica por un asesinato. Uno de los policías que llevaba el caso decide adoptarlo y tras su mayoría de edad lo apadrina para que entre en la policía. Años más tarde, una aventura de su mujer le lleva a propinarle una paliza y a que ésta solicite el divorcio. Su ex consigue dificultar mucho el régimen de visitas a su hijo, hasta que él abandona los intentos. Al cabo del tiempo, su hijo se ha hundido en la droga (en parte debido al sentimiento de abandono) y en una trifulca mata a un camello. Su padre es el encargado de investigar el crimen.

En medio de la investigación, su nuera le trae a su nieto (él desconocía su existencia) y se marcha a comprar tabaco, abandonándolo en su casa. El policía duda si quedarse con la custodia del pequeño o entregarlo a una institución. Parece que el abandono se ha repetido en tres generaciones (padre, hijo y nieto).

Al final de la película, Robert De Niro salva a su hijo del suicidio prometiéndole que nunca volverá a abandonarlo, que lo visitará en la cárcel y le ayudará a rehacer su vida cuando salga. En la última escena se ve al abuelo paseando por la playa con su nieto.

El ejemplo anterior nos muestra lo que podría ser un esquema de comportamiento, el del abandono, que se ha transmitido a tres generaciones, hasta haber sido reconocido y comprendido (por el abuelo, que finalmente acepta la responsabilidad de educar a su nieto).

¿Cómo me relaciono con los demás? Siguiendo unas pautas de comportamiento que vienen marcadas por las diferentes fases de aprendizaje por las que he pasado. Algunas se adquieren de forma consciente: me castigaban cada vez que llegaba tarde, aprendí a ser puntual o llego tarde por narices”. Otras se inscriben en la personalidad de forma inconsciente “tengo un padre celoso y, sin darme cuenta, desarrollo algún tipo de celos hacia los amigos, el trabajo, los hijos; me he sentido abandonado y sin percatarme estoy abandonando a alguna de las personas a las que quiero”.

Hemos entrado de pleno en el siglo XXI y éste ha de ser un periodo de grandes descubrimientos, la vida tiene que ser decodificada. Se nos presenta el reto de revelar uno de los grandes enigmas de la personalidad del ser humano: los esquemas de comportamiento, también llamados patrones.

Para conseguirlo, resulta imprescindible analizar la relación con nuestros padres como transmisores de una herencia, en la mayoría de los casos inconsciente, que marca con tinta indeleble el carácter y la personalidad de los hijos. Si bien es cierto, que existen varios niveles de relaciones sociales (escuela, amigos, televisión, ambiente, etc.) que determinan algunos comportamientos y que se adhieren a la personalidad como las capas de una cebolla, los padres representan el núcleo, que ejercerá una gran influencia sobre el desarrollo posterior.

Así, conocer nuestra herencia psicológica, es decir, los esquemas de comportamiento que hemos recibido en herencia, nos ayudará enormemente en el proceso de autoconocimiento y generará en nosotros un sentimiento de libertad.

En ocasiones, al tomar conciencia de los patrones heredados, nos sentiremos agradecidos con nuestros progenitores. Otras, en cambio, despotricaremos de lo que parece una desagradable jugarreta del destino. La falta de información acerca de la razón por la cual adquirimos ciertos esquemas es, a menudo, causante de que las relaciones con los padres resulten poco fluidas y cargadas de reproches. A veces, el peso de ese patrimonio es tal que la persona se ve obligada a huir de su casa, literalmente, a marcar una distancia física con sus progenitores para poder desarrollar su programa de vida.

Este caso se da con más frecuencia en las familias con padres triunfadores, ya que los hijos se sienten presionados y casi obligados (de forma inconsciente) a emular a sus progenitores. Generalmente, los puntos en común entre diferentes generaciones quedarán reflejados en una serie de actitudes que se repetirán de forma sutil. El padre es un maniático, el hijo y el nieto también lo son, aunque cada uno puede desarrollar distintas manías.

La familia, como centro de nuestro universo, es un lugar de origen, desarrollo y transmisión de una serie de esquemas de comportamiento. En el seno de la misma tendrán lugar innumerables intercambios, que marcarán la vida de las personas que componen esa célula. La mayoría tenemos una familia de origen que ha estructurado nuestra vida desde sus inicios, transmitido normas, reglas de conducta, ejemplos de comportamiento, que han generado recuerdos, vivencias, imágenes que se borraron al instante de ser interiorizadas – por lo menos en el consciente – o conceptos y sensaciones que se grabaron a sangre y fuego. Algunas positivas, como el cumpleaños en el que recibimos el mejor regalo del mundo; otras tristes, como el día que se separaron mis padres. Ciertos recuerdos (programas) se grabaron con tanta fuerza que han perdurado en el tiempo hasta formar parte de nuestros esquemas de comportamiento.

Comprender cómo funciona la psique de un ser humano y los entresijos de su personalidad puede resultar algo complejo, pero también lo es unir un rompecabezas de dos mil unidades, sobre todo al principio, y a medida que se va formando el dibujo, vemos más cerca su final y nos resulta más sencillo. La comprensión de los esquemas de comportamiento a los que se asocian algunas de nuestras actitudes, debe ayudarnos a configurar un proyecto, a entendernos mejor, a favorecer el encaje de las piezas.

Y si el mapa completo representa unir todos los cabos sueltos de nuestra personalidad, la comprensión de cada elemento que forme esa carta de navegación ayudará a que nos entendamos mejor y resulte así más armónica nuestra vida, la relación con los padres, hijos, hermanos, pareja, amigos... y con nosotros mismos.


Tristán Llop
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Los detalles, un camino hacia la felicidad

Vivimos en la era del estrés, en un mundo donde manda la prisa. Todo lo hacemos a la carrera y cada vez disponemos de menos tiempo para dedicar al cuidado de nuestro cuerpo físico, emotivo o mental.

Pero con este corre, corre lo único que conseguimos es ir más despacio en nuestro desarrollo evolutivo. Prueba de ello es que la OMS (organización Mundial de la Salud) advierte en uno de sus informes que, de seguir así, en el 2020 la depresión será la segunda causa de incapacidad en el mundo y la depresión es precisamente la enfermedad del cambio.
Para invertir esta tendencia es necesario frenar, ralentizar los procesos, usar la conciencia láser (ver artículo en la sección Actividades para Conectar con la Nueva Era) y fijarnos en los detalles.

Los detalles son la sal de la vida, nos ayudan a sentirnos vivos y cuando los tenemos hacia los demás, hacen que se sientan bien, ayudan a aumentar el nivel de autoestima, en definitiva, a alcanzar la felicidad.

Para probarlo os propongo un pequeño y sencillo ejercicio de detallismo:

1º escoger una persona a la vais a dirigir vuestros detalles.
2º Realizar una lista de 7 detalles que queráis realizar con ella.
3º Cada día, durante una semana, realizaréis uno de esos detalles.
4º Una vez realizado el ejercicio analizaréis los cambios que se han producido en vuestra relación con esa persona.

Para realizar el ejercicio anterior os sirve cualquier tipo de detalles, comprar un regalo (bombones, una vela, una tarjeta, un ramo de flores), escribir un poema o una carta bonita, hacer un dibujo, comprar entradas para el cine, el teatro, un musical, montar un juego en l que participe la persona. Se trata de usar la imaginación.

Terminaré este artículo con un caso real que tuvo lugar en una consulta.

A Alejandro le preocupaban sus relaciones con su mujer, que andaban algo deterioradas, y se preguntaba qué podía hacer para mejorarlas. Entró en mi consulta soltando humo por las orejas.

- Siento el retraso, pero me he encontrado con unos Testigos de Jehová que me han tenido un cuarto de hora soltándome un discurso sobre la importancia de los detalles en la vida de las personas. Si creían que iba a caer en sus redes, van finos, a mí las sectas...

Tras haber oído el relato de la historia que estaba viviendo con su mujer y teniendo en cuenta lo que acababa de ocurrirle, le preguntamos si recordaba cuál había sido la última vez en que le había regalado algo (léase flores, bombones, una salida al teatro o a un concierto, una palabra amable, una sonrisa sincera, un poema) a su pareja. Respondió que le faltaba tiempo para esos menesteres y que ya le daba el suficiente dinero como para que se comprara ella misma todo lo que necesitaba.

Entonces, sin entrar a juzgar su delicadeza, le sugerimos la posibilidad que aquellos personajes que se encontró por la calle y que provocaron su retraso, le estuvieran aportando una respuesta a su pregunta de cómo mejorar sus relaciones de pareja. Le insinuamos que quizá se trataba de empezar a tener más detalles con su compañera de ruta. Entonces quedó pensativo unos instantes y, dándose cuenta de la coincidencia, comentó su intención de comprarle aquel mismo día un ramo de flores a su mujer. Para él, éste fue el inicio de un cambio de estrategia a la vez que de una mayor valoración de su personalidad femenina, simbolizada por su esposa.

Con este ejemplo podemos percibir, una vez más, que el universo siempre responde a nuestras preguntas, aunque sea de la forma más insólita e inesperada. Un detalle nos acercará a la felicidad.


Tristán Llop
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¿Quieres que se vaya?... deséale lo mejor

Marina dirigía un centro de terapias alternativas. Sofía, una amiga suya que se había quedado sin trabajo, se instaló un día en el centro, con el pretexto que deseaba ayudarla. En un primer momento, y sin que nadie se lo sugiriera, Sofía se sentó en la mesa de recepción y se auto asignó el puesto de telefonista. Marina empezó a preocuparse en cuanto se dio cuenta de la poca gracia y diplomacia de su amiga para contestar a las llamadas.

– Va a asustar a los clientes, que están acostumbrados a un trato mucho más dulce – decía Marina. - El caso es que yo la quiero mucho y se me haría muy cuesta arriba tener que echarla, porque presiento que se enfadaría conmigo. Pero si la dejo continuar con esa labor me quedo sin trabajo.

Para ayudarla a salir de esta situación, sugerí a Marina que pensara en Sofía visualizándola en un puesto de trabajo maravilloso, disfrutando de su actividad, imaginando que la contrataban y que ella podía desarrollar su personalidad y ser feliz. Así lo hizo Marina diariamente durante una semana. Transcurrido un mes volví a verla y me contó el desenlace.

- Es increíble, le han ofrecido a Sofía un trabajo en la televisión autonómica de Burgos (el Centro de terapias estaba en Barcelona), su ciudad natal, y se ha trasladado allí. Además su hijo estaba en paro y tenía problemas económicos. Ahora ella puede ayudarle y están viviendo juntos de nuevo. Es feliz. Realmente resulta impresionante lo que puede hacerse con el poder de la mente.

Emitir sentimientos positivos, mandar corazones

El problema que se plantea a menudo cuando tratamos de liberarnos de la presencia de una persona que obstaculiza nuestra libertad, es que emitimos sentimientos negativos para alejarla de nuestra vida (véase un jefe que nos hace la vida imposible, una hermana que siempre ocupa el cuarto de baño o un amigo que nunca calla, etc.) lo cual redunda en un mayor apego y por lo tanto en una mayor necesidad de permanecer unidos a la persona en cuestión (aunque ese deseo sea inconsciente).

En cambio, si la actitud es la contraria, es decir, si uno empieza a pensar en positivo, deseando que esa persona sea feliz, que encuentre un trabajo más gratificante, que la asciendan, que gane enteros en cualquier aspecto de su vida, los sentimientos y pensamientos positivos pueden darle alas y facilitar una mejora en sus condiciones de vida, lo cual redundará a su vez en nuestra propia prosperidad.

A priori, debería resultar sencillo mandar pensamientos positivos a una persona con la que se mantiene algún contencioso, pero en la vida práctica, suele costar un gran esfuerzo y ello es debido a que dicha persona, con su actitud negativa, está emitiendo un mensaje que va directamente dirigido hacia el individuo que tiene problemas con ella (ya que le está haciendo de espejo).

Emitir buenos deseos hacia esa persona equivaldrá a darse cuenta, aunque sea inconscientemente, que uno acepta el mensaje, aún sin estar todavía preparado quizá para contestarlo. Es decir, que encajamos el reproche, nos damos cuenta que ese “enemigo” forma parte de una realidad que es la nuestra.

Por ejemplo, cada vez que lanzamos corazones –como en la serie de dibujos animados: “Los Osos Amorosos”, que se unen para mandar corazones de colores a todos aquellos que mantienen una actitud negativa o están de mal humor- cada vez que pensamos o sentimos en positivo hacia una persona con la que tenemos abierto un frente de polémica, añadimos una nueva piedra en la construcción del puente que unirá nuestra conciencia con nuestra realidad, o sea la imagen que nos refleja el otro con lo que nosotros creemos ser.

Dicho de otro modo, aún en el supuesto de que resulte muy arduo tomar conciencia de cuál es el problema de fondo y tengamos poco claro el mensaje que nos intenta transmitir el espejo de turno (la persona que está enfrente), el sólo hecho de tener una voluntad positiva, es decir, amorosa, de perdón, de cara a las ofensas que hayamos recibido de ese espejo, servirá de líquido corrector para ayudarnos a eliminar parte de la carga kármica particular (facturas pendientes, relaciones del pasado que deben ser perdonadas y asimiladas).

Ello es debido a que las fuerzas del universo funcionan con gran eficacia y procuran proveer al hombre de todos los sistemas imaginables para favorecer y acelerar su evolución, aún cuando éste se resista, como le sucedió al protagonista del siguiente cuento.

El devoto que perdió su oportunidad

En un pueblo vivía un hombre devoto, que mantenía muy buenas relaciones con Dios. Unas lluvias torrenciales provocaron una gigantesca inundación que obligó a evacuar el pueblo. Cuando el jeep de la policía vino a buscarle, él se negó a subir, argumentando que Dios nunca le dejaría morir debido a las buenas relaciones que mantenía con él.

Al desbordarse una presa cercana y elevarse el nivel del agua, tuvo que subir al primer piso de su casa para evitar ahogarse. Entonces se le acercó una lancha de salvamento, a la cual también declinó subir, manteniendo el mismo argumento que en la ocasión anterior.

Finalmente, el caudal del agua creció de tal manera que se vio obligado a encaramarse a la azotea de su casa. Allí lo divisó un helicóptero de rescate pero, como hiciera Pedro ante Jesús, negó por tercera vez y entonces se ahogó.

Cuando llegó al cielo, le preguntó extrañado a Dios cómo había dejado morir a un hombre tan devoto como él y éste le contestó, con palabras santas, que le había mandado tres transportes distintos, por tierra, mar y aire, (que en lenguaje simbólico podría interpretarse como elementos de salvación para su cuerpo físico, sus emociones y sus ideas) negándose él a utilizar ninguno de los tres, lo cual le llevó a perder la oportunidad de salvarse.

Vemos a través de esta anécdota lo empecinado que puede llegar a mostrarse un ser humano y es un buen ejemplo ilustrativo de la resistencia que a veces ejercemos ante cualquier forma de ayuda divina. Quizá porque preferimos esperar a que aparezca Michael Landon, John Travolta o Nicholas Cage en el apartado masculino; o Shirley Maclaine, Olivia Newton-John en el femenino y que se presenten vestidos de ángeles para salvarnos. (Todos ellos han encarnado ángeles en distintas películas).


Tristán Llop
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El aura, nuestra protección

¿qué es el aura? ¿Qué se detecta a través de ella? ¿refleja el aura nuestros cambios de ánimo? ¿Se deteriora? ¿cambia con la edad? ¿podemos ver el aura, cómo? ¿Tienen aura los animales?
Albert Einstein explicó que la materia es una ilusión creada por la velocidad de la vibración de diversas formas de energía, que era como afirmar que todo es energia.Los seres vivos despliegan un campo magnético a su alrededor llamado Aura. Esta nube energética es capaz de transmitirnos numerosas informaciones sobre nuestro estado de ánimo o nuestra salud.

El doctor Walter Kilner fue de los primeros en publicar, en 1912, el resultado de las experiencias realizadas durante cuatro años en diversos hospitales de Inglaterra para demostrar la existencia del aura. Una prueba de los avances en el estudio del aura la tuvimos hace unos meses cuando nos presentó sus trabajos el físico Konstantin Korotkov, catedrático de la Universidad de San Petersburgo y creador de la técnica GDV (Gas Discharge Visualization) que permite visualizar por ordenador el campo de energía humano o aura.

¿Qué es el aura?

El aura puede ser definida como un campo energético, una especie de emanación vibracional de colores, un cerco magnético generalmente invisible al ojo humano (por lo menos a primera vista, porque es menos denso que el cuerpo físico), que se sitúa alrededor del cuerpo. El aura es un halo de energía que se desprende de la piel, formada principalmente por fotones. Tiene forma ovalada, adoptando diferentes colores y múltiples matices.


El aura está formada por dos capas: la primera, separada del cuerpo por unos milímetros, está integrada por pequeñas flamas en movimiento, representa la energía que se desprende de nuestras células. La siguiente capa es como una neblina que oscila entre los 30 y los 90 centímetros de espesor, y que está conformada por varios colores, refleja las emociones. Este campo áurico sobresale del cuerpo un promedio de 1 metro por todos los lados. También se extiende por encima de la cabeza, y más allá de los pies.Muchas personas confunden las palabras "aura" y "aureola", que son distintas, pues el aura está alrededor de todo el cuerpo, mientras que la aureola está encima de la cabeza y es una representación de la apertura del chakra de la corona, que suele pintarse como un círculo en las imágenes de los santos.

¿Qué se detecta a través del aura?

A través de una lectura del aura se pueden detectar las disfunciones que se producen en el cuerpo físico, cualquier tipo de enfermedad y en el ámbito de las emociones, tristeza, apatía, depresión... Una persona con la facultad de leer el aura puede describir la forma de ser, ver el pasado, el presente e incluso, en ciertos casos, realizar una proyección de futuro; puede revelar temores conscientes e inconscientes.

El físico Konstantin Korotkov afirma que buena parte de las dolencias del ser humano se deben a ligeras "desviaciones" del estado de salud ideal, a desarmonías o desajustes y que a través de una lectura del aura podemos actuar sobre ellas antes de que se manifiesten en forma de enfermedad. Es decir, podemos reequilibrar el organismo antes de que enferme percibiendo dónde empieza a fallar. Aquellos que curan apoyándose en la lectura del aura, primero equilibran el plano en donde está concentrado el balance energético negativo y después se concentran en sanar el área física mediante transmisiones de energía. A través de la lectura del aura también se detecta la empatía o la aversión que pueden sentir dos personas, antes de que se conozcan.

El invento del ingeniero kirlian

Otro de los hombres que han estudiado más exhaustivamente la fenomenología del aura es, sin duda, el ingeniero ruso Simeón Davidovich Kirlian. Un día, Kirlian fue invitado a ver una demostración de una máquina que efectuaba electrocardiogramas y en el curso de la misma notó que entre el electrodo cubierto con el cristal y la piel del paciente había una cierta luminiscencia, debido a la electricidad que fluía entre la piel y el instrumento. A partir de ese momento, se propuso plasmar esa luminiscencia en papel fotográfico. Esta idea fue el comienzo de una serie de experimentos que culminaron con lo que actualmente conocemos como cámara Kirlian.

¿Qué es una kirliangrafía?

Una kirliangrafía es una fotografía obtenida mediante el método Kirlian. La cámara Kirlian permite analizar el fluido magnético que emite una persona y de esta manera poder estudiar su aura. Se obtiene así el llamado efluviograma o la plasmación del estado de nuestra energía en la fotografía. La Cámara de Kirlian fue inventada por el matrimonio Kirlian (Simeón y Valentina) en el año 1939, en el laboratorio del Hospital de Alma-Ata, en la Unión Soviética.La kirliangrafía es capaz de descubrir, según su inventor, una enfermedad con seis meses de anticipación. También detecta estados emocionales alterados o actitudes positivas o negativas.

Al principio se realizaba la fotografía del cuerpo entero del paciente, pero a medida que se ha sofisticado el sistema, se ha descubierto que en las yemas de los dedos se concentra la imagen del cuerpo entero. Así, la impresión de las yemas de los dedos de la mano izquierda mostrará nuestra personalidad racional, y en la derecha tendremos el reflejo de nuestra vida afectiva.Del mismo modo, cada dedo refleja una parte nuestro organismo, por ejemplo, en el dedo pulgar se reflejan la garganta, el oído, el sistema linfático y los pulmones. Esta información la obtenemos a través de los meridianos de acupuntura.

El aura muestra nuestros cambios de ánimo

Los estados de ánimo quedan reflejados en el aura, ya que ésta representa los movimientos de nuestra energía. Cuando una persona se siente triste o deprimida, su aura se oscurece, adquiere tonos grisáceos. En cambio cuando alguien está feliz su aura puede tornarse rosa o anaranjada. Un aura roja puede ser sinónimo de peligro, de nerviosismo o presión.Ciertos hábitos, como el consumo abusivo de drogas, llegan a agujerear el aura, dejando un espacio por donde se escapa nuestra energía y permite la entrada de enfermedades.Aprender a observar el aura nos permite conocernos mejor, tanto a nosotros mismos como a nuestros semejantes.

¿Cómo podemos ver el aura?

Algunas personas han nacido con la facultad de ver el aura, pero la mayoría lo ha conseguido a base de esfuerzo y tesón, siguiendo unos ejercicios simples.Para ver el aura debemos situarnos en un lugar con luz suave, indirecta. La parte del cuerpo que nos ofrece más facilidades es la mano.

Necesitamos una hoja de papel blanco (que sea más grande que la mano), también puede servirnos una pared blanca.Realizar tres respiraciones profundas de relajamiento.Poner la mano en el papel. Mirar la mano, pero fijando la vista en las puntas de los dedos.

Después de unos minutos, debe empezar a vislumbrarse una neblina alrededor de la mano. Al principio es probable que se vea en blanco y negro, pero si se persiste (o se realiza el ejercicio varias veces), se empezarán a ver colores. Primero uno sólo y después varios a la vez.La práctica y las repeticiones son fundamentales para obtener buenos resultados. Más adelante se puede probar con un amigo (poniendo de fondo una pared blanca).

¿Cuál es el significado de los colores del aura?

Rojo: es el color de Marte, el planeta de la guerra, la fuerza, la pasión, la energía y el deseo. En el aura marcará una persona de acción, que a menudo genera conflictos para destacar y a la que le gusta solucionar problemas. El rojo oscuro puede simbolizar un temperamento fuerte.

Anaranjado: el color de la creatividad, cordialidad y de la consideración. Nos acerca a un buen nivel de autoestima y a una sensación de felicidad.
Amarillo: el color de la actividad mental y el optimismo. Marcará a la persona activa intelectualmente. Un amarillo dorado nos acercará a alguien con valores estables, con un código ético. Un amarillo demasiado pálido nos dará al enteradillo.
Verde: el color del equilibrio físico, de la curación, de la simpatía, la calma. Una persona con verde en su aura puede ser buena curandera. Un verde oscuro puede mostrar inseguridad.
Azul: el color de la calma, el equilibrio y el silencio, puede generar una cierta paz interior. Pero una persona con azul oscuro puede inclinarse hacia los extremos y mostrarse demasiado fría con las emociones ajenas, insensible.
Índigo y Violeta: Marcan una búsqueda espiritual, tendencia a apartarse del mundanal ruido para meditar. Si son oscuros, pueden dar dificultades para materializar las cosas, para ganar dinero.
Negro: es el color de Saturno, el planeta de la rigidez y la restricción. Puede reflejar tristeza, apatía o incluso depresión. También puede marcar a alguien que busca seguridad.
Rosa: el color del amor, la compasión. Aparecerá cuando alguien está enamorado. También refleja belleza y armonía. Rosa oscuro puede representar inmadurez o superficialidad.
Blanco: refleja pureza y verdad, simpleza y transparencia. También es un color de tránsito, de duda.

¿Cómo mantener equilibrada nuestra aura?

Puesto que el aura refleja los distintos estados de ánimo de una persona, para mantenerla equilibrada, lo principal será enfrentarse a los acontecimientos diarios con una visión positiva. Uno de nuestros objetivos cotidianos debería ser acabar el día sin habernos enfadado con nadie.La importancia del punto anterior se fundamenta en la teoría que proclama la Cábala, que existe en el universo una fuerza de Atracción que propicia que las energías se atraigan. De este modo, si lanzamos un pensamiento negativo (de tristeza, de envidia, de frustración) atraeremos hacia nuestra aura energías (y a las personas que las portan) del mismo calado. Lo mismo sucederá si emitimos alegría, felicidad o amor. Tendremos pues interés a que sean estos últimos los argumentos a defender.

El aura varía con la edad

Del mismo modo que nuestro cuerpo físico envejece y que el sexo, las facultades mentales y el estado de salud cambian, nuestra aura también sufre sus transformaciones. Tiende a variar de tonalidad, puesto que la energía que emitimos deja de tener la misma intensidad. Los ancianos suelen emitir en colores un poco más apagados y con gamas de colores menos extensas. Por otro lado, es importante resaltar que el aura gana en estabilidad a medida que la persona se hace mayor. Ello es debido a que generalmente la madurez nos lleva a ser más equilibrados. Si la capacidad mental mengua cuando la persona se retira, también lo harán los colores asociados a ella, como el marrón o el gris.

Los animales y las plantas también tienen aura

Cada ser tiene su propia aura, o campo energético, empezando por el reino mineral y pasando por vegetales y animales. Para probarlo, podemos experimentar con ellos con el mismo método que hemos descrito anteriormente para visualizar el aura de una mano.Una utilidad importante de la cámara de Kirlian (a parte de la aplicada al ser humano) consiste en las fotografías que se han logrado acerca de la vida de las plantas y sus procesos de desarrollo.El matrimonio Kirlian perfeccionó una máquina con la cual estuvieron trabajando para el ministerio agrario de su país, estudiando el aura de múltiples plantas, con lo que obtuvieron conclusiones muy interesantes. Por ejemplo, en algunos experimentos cortaron las hojas a una planta y teorizaron con la posibilidad de que sintieran dolor, vistas las transformaciones que sufrió su aura.


Tristán Llop
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Las siete pruebas

Cada día el ser humano se ve sometido a pruebas, de índole práctica, sentimental o intelectual. Superarlas supone siempre un estímulo y para conseguirlo, lo mejor es conocer su procedencia.Cuenta la tradición que el espíritu crístico planteó 7 pruebas al cuerpo de Jesús antes de aceptar fundirse alquímicamente con él.En el relato de los Evangelios encontramos los llamados 7 pecados capitales, que se inscriben como sendas pruebas por las que cada ser humano debe pasar en algún momento de su vida. Hasta hace poco se ha pensado que se trataba de consignas morales o a lo sumo religiosas, pero en realidad reflejan las virtudes y defectos de los siete planetas principales de nuestro sistema solar. Y si tenemos en cuenta que esos planetas tutelan nuestras vidas a través de los signos zodiacales que dirigen, comprenderemos su importancia. Veamos cuál es su significado y cómo cada uno de ellos influye en nuestra vida.

Primera prueba: la soberbia - sol
De los errores cometidos por el ser humano, la soberbia o el exceso de orgullo es el que más funestas consecuencias suele tener para quien la sufre, porque afecta de una manera global todas las funciones de individuo. Es una enfermedad de la voluntad y está presente en todas las motivaciones, cualquiera que sea la importancia de la acción a realizar.Si las energías solares dejan de transformarse en actos y se conservan dentro del organismo psíquico del individuo, se produce una sobrecarga energética que hace que la persona se ilumine, por así decirlo, por dentro. Esa luminosidad interior puede conducir a un efecto positivo y a otro negativo. El primero consiste en tomar conciencia, en descubrir la realidad trascendente y saber que uno forma parte del cosmos. Pero sin un ingrediente llamado voluntad, esa súper conciencia de sí mismo, le separará del resto de los mortales. Los efectos secundarios consisten principalmente en cortarla de la fuente, haciendo de ella un ser separado, algo parecido a un islote de aguas encharcadas, que en poco tiempo se llenará de parásitos. El Sol está considerado como el centro del universo y su homónimo en el cuerpo es el corazón. Así, los efectos de una sobredosis de soberbia pueden traducirse en que el corazón se vea privado del fluido vital, que es la esencia que vitaliza nuestro organismo. Las corrientes sanguíneas serán pobres y se verá expuesto al colesterol, al ácido úrico, a cardiopatías o en casos extremos incluso a la leucemia.El antídoto natural para la soberbia, es la humildad. Para poder avanzar hacia ella, es preciso que el soberbio tome conciencia de su estado y esté dispuesto a trabajar sobre sí mismo.


Segunda prueba: la avaricia - Saturno
La avaricia es un error saturnino. En el plano mental, un Saturno mal administrado puede producir una parálisis de las ideas y una disminución de la luz. En el aspecto emotivo, la persona deja de compartir sentimientos, se encierra en sí misma. En el plano físico generará soledad.Un exceso de avaricia nos acercará a la frigidez sentimental o la insensibilidad. El avaricioso será pues también un insensible hacia todo lo que le rodea y así se comprende que lleve una vida sórdida de privaciones, porque carece de apetencia hacia lo exterior. El avaro es un ser pobre, en el más amplio sentido de la palabra: pobre en ideas, en sentimientos y emociones, en posesiones, ya que el dinero retenido es para él una pura abstracción.La avaricia es indicio de un desorden interno y necesitará un gran esfuerzo de voluntad para ser corregida. En el cuerpo humano Saturno es el regente de los huesos, así que la avaricia puede generar en quien la padece arteriosclerosis, reuma, dolores de espalda, parálisis, sordera, y enfermedades óseas en general.El antídoto natural para el avaro es la generosidad, en cuanto empiece a compartir con los demás, los síntomas de sus dolencias desaparecerán.

Tercera prueba: la gula - Júpiter
La gula es un error jupiteriano. En nuestra sociedad actual, está relacionada con el hecho de consumir más de lo que a uno le corresponde en virtud de los recursos comunes de que dispone la humanidad, en sus negocios, en su actuación social y profesional. El glotón también abarca más lo que su programa humano le permite abarcar, reduciendo o suprimiendo el espacio social en el que los demás deberían actuar como legítimo terreno de experiencias. Entonces, los demás se quedan sin pastel. Otra cualidad del gulafra es la de establecer dogmas religiosos, políticos, sociales, científicos o culturales.Por lo tanto, podemos considerar la gula como un desbordamiento de la individualidad, que tiende a tragar a la colectividad. Es uno de los problemas de nuestra época y el más difícil de combatir. En efecto, cuando el cuerpo está saciado de alimentos, nos vemos obligados a adoptar un régimen. Pero en el terreno intelectual o emotivo el glotón sigue tragando más y más, privando al resto de los humanos de su legítimo espacio vital.Cómo Júpiter está relacionado con la circulación arterial, la plasmación de la gula en el cuerpo humano tendrá como resultado las enfermedades asociadas a esa circulación, como las trombosis, los accidentes coronarios, diabetes, hipertensión y en casos extremos, el cáncer, que se caracteriza precisamente por una tendencia a la invasión y a la ocupación de espacios ajenos.El antídoto natural para la gula será compartir, que es la actitud contraria a apropiarse.

Cuarta prueba: la ira - Marte
La ira es un error marciano. Cuando este planeta impone su ley en el mundo mental, la persona tiende a organizar su vida con un excesivo e innecesario rigor. Todo funciona a su alrededor como en un cuartel, al toque de trompetas. El primer efecto oculto de la ira en la vida de quien la padece, será proporcionarle un marido, una esposa, unos amigos y compañeros aparentemente inferiores, que difícilmente han de aportarle esa tensión sin la cual ninguna experiencia es posible. Cederán ante él y, sin encontrar resistencia, el colérico avanzará hasta el final.En el mundo de los sentimientos, la ira lo radicaliza todo, transformando los deseos en furiosa pasión y concediendo una importancia excesiva a lo que deberían ser sencillas apetencias del alma. El individuo empeñará entonces todo su ardor en conseguir algo que en sí es irrisorio. Bajo el impulso de la ira, la vida se convierte en una auténtica caricatura, pero una caricatura dramática. En el mundo físico, Marte rige el hierro que, por su oxidación, produce el calor necesario a la vida y, bajo forma de hemoglobina aporta el color rojo a la sangre. Así, la ira producirá un exceso de calor en el cuerpo, manifestándose a menudo en forma de granos, furúnculos, fiebres, ruptura de vasos sanguíneos, hemorragias internas y externas, hemorroides, hernias.El aspecto más positivo de la ira es que todo el mundo la reconoce, incluso el que la padece, así, será más fácil encontrar el remedio. El antídoto natural para la ira será la descarga, ya que al tratarse de un exceso de energía, la ira desaparecerá si la persona se libra, conscientemente, a actividades como la práctica intensa de un deporte, la gimnasia, y también las actividades de tipo creativo.

Quinta prueba: la lujuria - Venus
La lujuria es un error venusiano, que además de actuar en el dominio sexual, extiende sus redes sobre todos los placeres inmoderados que nos auto concedemos. En el plano mental, genera permisividad, desvirtuando el sentido de la ética y haciendo que todo parezca plausible, e interfiriendo en la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, de forma que se ve en la imposibilidad de arrancar las malas hierbas que florecen libremente en su vida.En el plano emotivo, le concede al sexo funciones directrices, marginando otros criterios presentes en el alma. También extiende sus amarras sobre las relaciones sociales, sellándolas con la marca de lo efímero.La lujuria produce un progresivo oscurecimiento de la conciencia, de manera que al Ego Superior le resulta difícil comunicar su saber a su contrapartida material, la cual deja de cumplir su programa profundo. La persona se ve entonces desasistida espiritualmente y vulnerable ante el más mínimo contratiempo que le depare la vida, siendo firme candidata a la depresión. Les efectos de la lujuria pueden llevar hacia desequilibrios mentales, retrasos, epilepsia, enfermedades en las que el cerebro realiza mal sus funciones y abandona la dirección a los deseos. El antídoto natural para la lujuria es el control mental, ejercerlo nos ayudará a alejar de nosotros los deseos que pueden dañarnos.

Sexta prueba: la envidia - Mercurio
La envidia es un error mercurial. En el mundo mental, la función de Mercurio consiste en orquestar los recursos que posee el individuo para su más lógico aprovechamiento. Pero cuando Mercurio forma disonancias, entonces tiende a utilizar recursos ajenos en el programa propio. Esta situación se manifiesta en la persona bajo el rostro de la envidia.En el ámbito de relaciones sociales, será fuente de importantes conflictos. La envidia, para prosperar en el terreno práctico, debe ir acompañada de sus dos acólitos: la mentira y la calumnia, con la ayuda de las cuales arruinará la reputación de la persona cuyos recursos Mercurio ambiciona. En lo que se refiere al propio destino, la envidia falseará nuestras necesidades experimentales, procurándonos experiencias innecesarias para nuestro Ego Superior. En el plano emotivo, Mercurio es el encargado de aportarles lógica a nuestros sentimientos, de proporcionarles su razón de ser. Pero cuando aparece la envidia, proporciona a los deseos argumentos nobles para justificar actuaciones deplorables. En el plano físico, Mercurio rige las conexiones, las relaciones humanas y una situación de envidia hará que la persona se vea conectada con individuos que contribuirán a desviarlo de su universo natural, orientándolo de forma equivocada respecto a su programa de vida.La envidia hará que la persona sea propensa a los envenenamientos, a las dificultades respiratorias y gástricas. Todas las afecciones del aparato intestinal, las intoxicaciones, apendicitis, peritonitis, enfermedades contagiosas y pulmonares pueden estar relacionadas con la envidia, puesto que en el plano moral, también la envidia envenena, intoxica, estrangula, contagia, vicia el aire, impide que la persona objeto de la envidia evacue normalmente sus cualidades internas sobre el mundo.El antídoto natural de la envidia es la nobleza y practicarla nos alejará de todos sus efectos secundarios.

Séptima prueba: la pereza - Luna
La pereza es un error lunar. En el Mundo Mental, la Luna produce las imágenes internas, es lo que llamamos la imaginación, a través de la cual la mente se desplaza de un lugar a otro, explorando por un lado las alturas inaccesibles y estableciendo cabezas de puente en terrenos nuevos y descendiendo por otro a los abismos de la razón allí donde ideas arcaicas y profundamente enraizadas necesitan que las sales lunares disuelvan sus amarras. Los efectos de la pereza en este mundo bloquean la imaginación y dejan que todo siga tal como está, de modo que imposibilitan la progresión intelectual hacia arriba.La exteriorización de los deseos hará que la persona sea fría o caliente, que se mueva. Pero cuando la pereza obstaculiza esas funciones, se convierte en este tibio al que Dios vomita de su boca.En el mundo físico, la Luna rige las funciones de disolución y coagulación de los elementos, aportando una renovación periódica a nuestros átomos y moléculas, de acuerdo con los ritmos del universo. Si esas funciones resultan obstruidas, nos convertimos en algo parecido a una tierra muerta, en seres inútiles para sí mismos y para los demás.La pereza se relaciona con todo tipo de enfermedades, ya que los órganos dejan de realizar correctamente sus funciones, por pura pereza.El antídoto natural para la pereza es el movimiento. Moverse hacia las cosas que estén a su alcance. Por cada paso que dé, Dios dará dos por él. Poco importa aquí el resultado práctico obtenido lo importante es ponerse en movimiento a nivel físico, sentimental y mental para restablecer las funciones que se encuentran perturbadas.


Tristán Llop
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La retrospección, un ejercicio de elevación espiritual

Los ejercicios de elevación espiritual suelen tener muchos adeptos, porque todos queremos llegar lo más alto posible y en el menor tiempo. Pero en la mayoría de los casos nos venden milongas, o bien porque el trabajo en cuestión es demasiado difícil, lo cual genera frustración; porque resulta demasiado caro, porque está reservado a unos pocos iniciados o porque sus resultados son nulos.
La elevación espiritual forma parte de un proceso evolutivo continuado y así es como debemos enfocarla y uno de los ejercicios que más ayudan a conseguirlo es el de la retrospección. Su realización diaria nos ayudará a abrir canales que antes permanecían cerrados, pero su apertura será gradual, para evitar problemas.
La retrospección sirve para conectar la mente con las emociones, el conciente con el subconsciente. Su realización continuada nos ayudará a desprendernos de nudos emocionales y a superar estados de tensión. Además, es una potente herramienta para la evolución, ya que nos facilita la comprensión de situaciones vividas en las que generalmente solemos atascarnos. También resulta muy útil para activar la memoria.

Las 3 fases de la retrospección

Cuando nos acostamos y antes de quedarnos dormidos, debemos empezar a recordar todo lo que hemos hecho durante el día, pero en orden inverso, desde lo último (acostarnos), hasta lo primero (levantarnos). Para facilitar el ejercicio lo realizaremos en tres fases:

1ª fase: procuramos recordar cada acontecimiento con el máximo detalle, pero de forma simple, sin entrar en análisis de lo vivido. Es fácil que en esta fase, al principio, nos quedemos dormidos al tercer recuerdo. Para evitarlo podemos incorporarnos en la cama y realizar el ejercicio sentados, por lo menos hasta que controlemos el sueño.

2ª fase: esta fase la iniciaremos cuando ya tengamos un mínimo dominio del ejercicio. Se tratará de recordar cada acontecimiento, pero trataremos de sentir lo que hemos sentido y, sobre todo, de ponernos en el lugar del otro y sentir lo que hemos hecho sentir a los demás. Para conseguirlo podremos buscar situaciones similares en nuestra propia vida. Por ejemplo, hemos hecho un comentario jocoso que ha ofendido a nuestro interlocutor. Para ponernos en su lugar deberemos recordar una situación en la que alguien nos dejó en ridículo y así podremos hacernos a la idea de lo que la persona sintió.

3ª fase: Además de recordar y sentir, trataremos de analizar cada uno de los comportamientos (sólo los que resulten relevantes), para llegar a comprender por qué hemos actuado de esa manera o por qué lo han hecho los demás.

Si nos aplicamos en este ejercicio, el resultado será que poco a poco aprenderemos a controlar mejor nuestras emociones y al mismo tiempo estaremos eliminando día a día nuestro karma.

Os invito a realizar el ejercicio de la retrospección y a compartir con nosotros vuestras experiencias, plasmando vuestros comentarios en el blog. Gracias por ayudarnos a mejorar.

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Ser positivo

Ser positivo es una actitud necesaria para acceder a un buen nivel de autoestima.
Ser positivo significa dar gracias por lo que se está viviendo en cada momento, tanto si la experiencia resulta atractiva, como si nos parece negativa, ya que ambas van a servir para que aprendamos una lección que nos ayudará a avanzar y a crecer.

La actitud de ser positivo abrirá infinidad de puertas y ayudará a solucionar de forma provechosa todos los problemas que se planteen.
Ser positivo propiciará también un aumento de nuestras defensas inmunológicas, lo cual ayudará a que contraigamos menos enfermedades y a que nos curemos con más facilidad. Una persona en actitud positiva delante de una operación necesitará una cantidad mucho menor de anestesia y por lo tanto minimizará los riesgos que ésta conlleva

Tristán Llop
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Elevación de vibraciones

Las dependencias nos sitúan siempre en un nivel de vibración bajo, ya que difícilmente pueden soportar frecuencias más altas. Por lo tanto un buen sistema para huir de ellas es tratar de elevar nuestro nivel vibratorio. Esto puede lograrse eliminando los residuos que depositamos en cada uno de nuestros cuerpos, empezando por comer más sano, evitando tóxicos, reduciendo el tabaco, el alcohol, los excitantes y azúcares artificiales; después podemos intentar que nuestras emociones sean más limpias, evitando los celos, las envidias, las críticas y finalmente procurando que nuestras ideas estén también en línea, evitando juzgar y siendo más humildes. Todo ello aumentará el nivel de autoestima y de seguridad en nosotros mismos.

Escuchar música dulce, que nos guste, también ayudará.

Para evolucionar tendremos que reconocer y reformar nuestras maneras codependientes de relacionarnos con los demás.
Tristán Llop, la búsqueda del tesoro interior
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Crear dependencia


Uno de los problemas más frecuentes que se presentan en la relación con los demás es la necesidad de crear dependencia, es decir, procurar que los demás dependan de alguna forma de nuestras acciones, sentimientos o ideas. Esto equivaldría a atar a alguien de una cuerda, como lo hacemos con los animales de compañía (los cuales nacieron libres y a los que hacemos totalmente dependientes de nosotros). Pero cada vez somos más sofisticados y ahora utilizamos artilugios que dan más o menos longitud a la cuerda, por lo que podría parecer que en algún momento hemos roto la dependencia.

Esta necesidad de intentar que los demás estén siempre siguiendo nuestras directrices viene dada por una inseguridad. Tratamos de acumular el máximo de energía posible, chupándosela a los demás, pensando que así tendremos la suficiente para mantenernos en el lugar que ambicionamos. A menudo esta situación se da por falta de información, porque la gente desconoce el hecho de que la energía es universal y podemos abastecernos de ella en cualquier lugar y momento sin abalanzarnos sobre nadie.

Kashiel
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La interpretación del Padrenuestro

Presentamos aquí la interpretación que Kabaleb hizo del Padrenuestro, en su libro “Cómo descubrir al maestro interior”. A través de este texto descubrimos que el Padrenuestro está compuesto de siete oraciones. Y cuando las recitamos a conciencia, la elevación es inmediata. El Padrenuestro se convierte así en más que una plegaria, en un tema de meditación y una enseñanza que conduce al perfeccionamiento. Si la plegaria consigue movilizar la mente y el corazón, si pone a trabajar el pensamiento y los deseos, será uno de los instrumentos más eficaces en nuestro desarrollo.

Jesucristo dijo:
«Al rogar, no multipliquéis las vanas palabras, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de palabras serán escuchados. No os parezcáis a ellos, ya que vuestro Padre sabe lo que necesitáis, antes incluso de que formuléis la demanda. He aquí pues cómo debéis rogar:
¡Padre nuestro que estás en los cielos!
Santificado sea tu nombre,
Venga a nosotros tu Reino,
Que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy,
Y perdona nuestras ofensas en la medida en que nosotros perdonemos a los que nos han ofendido.
No nos induzcas en tentación, sino libéranos del maligno,
Ya que a ti pertenece por los siglos de los siglos el Reino, el poder y la gloria. ¡Amén!»

Este es el modelo de plegaria que figura en el Evangelio de San Mateo (Vl, 9 13), pero según fuentes esotéricas, tras la demanda de «pan cotidiano», figuraba una línea en la que se pedía: «Refresca nuestras almas con las aguas vivas», y al final se suprimen las últimas líneas y se añade: «Haznos cada vez más perfectos, como tú mismo eres perfecto.» La demanda de pan y agua corresponde al elemento sólido procedente del Binah y al líquido luminoso procedente de Hochmah.

El padrenuestro quedaría entonces así:
¡Padre nuestro que estás en los cielos!
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy,
y refresca nuestras almas con las aguas vivas.
Y perdona nuestras ofensas en la medida en que nosotros perdonemos a los que nos han ofendido.
No nos induzcas en tentación, sino libéranos del maligno.
Y haznos cada día más perfectos como tú eres perfecto.
Amén (Aleph-Mem-Noun).

El Padrenuestro ha quedado instituido como la plegaria de los cristianos y constituye un modelo para todo ruego que pueda ser dirigido al Eterno. Deberíamos rezar el Padrenuestro por lo menos una vez al día, pero, sobre todo, se debe comprender el sentido de esta plegaria y vivirla, ya que si nos limitamos a la simple repetición mecánica, no tendrá efectos, o muy pocos, sobre nosotros.

«¡Padre nuestro que estás en los cielos!», es como las direcciones que se ponen en los sobres. Pero hay algo más en esta primera línea que es preciso retener, y es que se dirige a la instancia más elevada de la espiritualidad, al aspecto divino llamado Padre y no a instancias espirituales intermedias. Sólo el Padre abre los sobres que van dirigidos a él, pero, tal como Cristo indica, si reclamáis su atención hacedlo con pocas palabras y para cosas esenciales. Si vuestras peticiones son secundarias, si se refieren a las anécdotas de vuestra vida, entonces es mejor dirigirse a las potencias intermedias, pero no olvidéis poner su nombre y dirección, tal como Jesús lo hace en el Padrenuestro. Una plegaria bien dirigida reúne ya la condición primordial para ser escuchada.

«Santificado sea tu nombre».Esta proclamación ha de sugerir la determinación de otorgar un trato privilegiado a todo lo que viene del nombre del Padre, o sea a lo que procede de Kether-voluntad. Santificar significa celebrar, exaltar, ponerse de gala, venerar, festejar, distinguir. Podríamos permutar la expresión «tu nombre» por: Santificada sea “mi voluntad” y decir: “que esa voluntad que hay en mí sea exaltada y se exprese con toda su pureza, con todas sus galas y que esa voluntad sea celebrada”, es decir, que sea ejercida día a día, que se reserve un espacio en la jornada para que nuestra voluntad, que es un don del Padre, actúe en nosotros para eliminar lo caduco y renovar nuestra vida.
En la vida social, santificar el nombre de Dios significa dejar espacio libre para que nuestra voluntad humana pueda manifestarse. Vivimos prisioneros de la rutina, doblegados por un trabajo mecanizado para el que la voluntad facilita una energía de consumo para ir tirando y que la producción no se detenga. En tales condiciones, sólo los días de fiesta dejan el terreno libre para que la voluntad se exprese, y ahora vemos cómo esos días de fiesta se van reduciendo, se va sacralizando la producción material y no el nombre del Padre.

Para que ese nombre pueda ser santificado, todos cuantos trabajamos en el advenimiento del Reino debemos defender las fiestas tradicionales y promover nuevos festejos para que le sea posible al hombre ejercer esa voluntad creadora que le viene del Padre. En esa voluntad es donde se encuentra la solución de los problemas sociales, siempre y cuando la organización de la vida favorezca su ejercicio.

«Venga a nosotros tu Reino». ¡Qué riqueza de sugerencias encierra esta expresión! Se trata del Reino de Kether y pedimos aquí que llegue hasta Malkuth, centro que representa nuestra realidad material. El objetivo supremo de toda vida humana no es otro que el de conseguir que el Reino de Kether descienda de la cima en que se encuentra y se instale en nuestro yo material, penetrando en la carne, en la sangre, moviendo los resortes de nuestros músculos y nervios, manifestándose en nuestros gestos. La obra de Cristo puede resumirse precisamente en conseguir ese logro: el que venga a nosotros el Reino del Padre. ¿Qué debemos hacer para que esto se cumpla?
El Reino del Padre ya está en nosotros. Se encuentra situado en un punto misterioso de nuestro cráneo, pero las conexiones entre nuestro corazón y el cerebro no están vivificadas y el Padre se encuentra sin medios para gobernar. Es como un rey que, sentado en su trono, estuviera en un palacio vacío, sin ministros, sin servidores para ejecutar su política. Para que ese monarca pueda reinar, será preciso dotarlo de una red de conductos que le permitan hacerse oír por sus súbditos.

Esos conductos, en lo que se refiere a nuestro organismo, son nuestros pensamientos y nuestros deseos. Si ellos se ponen al servicio de ese rey, sus órdenes llegarán al mundo de abajo. Al decir ¡Venga a nosotros tu Reino! expresamos un deseo y un pensamiento a la vez, es decir, abrimos el camino de penetración a nuestro mítico rey interno.Pero ese camino es largo y difícil. Si contemplamos el esquema del árbol de la vida, vemos que Kether y Malkuth están unidos por una serie de senderos que van de una a otra de las tres columnas. Existe una vía rápida en la columna central, pero sólo unos pocos privilegiados pueden deslizarse por ella. El grueso del pelotón de la humanidad transita por los senderos serpenteantes que van de un centro de vida de la derecha a uno de la izquierda y es por ellos por los que el reino del padre ha de transcurrir, desde las alturas de Kether hasta las profundidades de Malkuth.

En ese largo viaje del Padre para visitar a sus hijos, los hombres, la primera etapa lo llevará a esa ciudadela espiritual que conocemos con el nombre de Hochmah. Allí Kether Padre tomará un rostro, adquirirá una apariencia que lo haga reconocible: se vestirá con la túnica deslumbrante del amor y la sabiduría y emprenderá el viaje hacia Binah. En esa aduana, los funcionarios le preguntarán si tiene algo que declarar y el Padre dirá: traigo conmigo el amor que todo lo une y la sabiduría que disipa todos los misterios.

El guardián de la frontera de Binah le responderá: Señor, para entrar en nuestro mundo, deberéis someteros a nuestras reglas. Aquí somos muy severos con nuestros súbditos y quizá vuestro amor significara una tolerancia inadmisible para nuestras leyes. Aquí, Señor, se aprende por la experiencia y no hay otra sabiduría que la conseguida por el esfuerzo. Despojaos pues de una parte de vuestro amor y olvidad vuestro saber si deseáis penetrar en nuestro país.

Así Kether, en cada una de sus etapas que lo conducirán sucesivamente a Hesed, Gueburah, Tiphereth, Netzah, Hod, Yesod y Malkuth, encontrará una aduana que irá despojándolo de los adornos de su túnica, hasta convertirlo en un puro harapo. El trabajo humano consiste en permitir el paso de la divinidad por cada uno de los centros motores de nuestro organismo sin ponerle trabas ni filtros. Se trata de suprimir fronteras y discriminaciones y de ser, en lo interior y en lo exterior, perfectos ciudadanos del mundo.

¡Venga a nosotros tu Reino! Es el clamor que ha de permitirnos recibir al soberano sin restricciones, sin exigirle que se presente en nuestra vida de una forma determinada. Si ese deseo se expresa con fuerza, si es auténtico, si obedece a una necesidad imperiosa, un día veremos al soberano irrumpir victorioso por las avenidas de nuestra sangre, músculos y nervios para proclamar en nosotros su reinado para siempre jamás.
«¡Que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo!» Este punto del Padrenuestro es consecuencia del anterior. Si el Reino del Padre viene a nosotros es para que establezca su voluntad en nuestra tierra humana, para que actúe en nosotros según sus divinas normas, convirtiéndonos en artesanos conscientes de su obra.

La voluntad del Padre, de cualquier padre que no se vea perturbado por oscuros complejos, consiste en que su hijo pueda ir más allá de sí mismo, de que pueda superarlo en conocimientos, sabiduría y bienestar. Y ese padre pondrá todas sus posibilidades morales y materiales al servicio del hijo, hasta el sacrificio si es preciso. Si así lo hace el padre físico, ¿qué no hará por sus hijos el Padre espiritual? La Voluntad de Kether se manifiesta en Hochmah en forma de sabiduría amor, y se manifiesta en Binah en forma de Inteligencia penetrante que permite conocer el misterio de la creación mediante las leyes activas en el cosmos. La voluntad divina no es pues coercitiva, no se manifiesta despóticamente imponiendo un orden arbitrario y ocultando las reglas que permiten comprenderlo, sino al contrario, clarificándolo todo, dando armas a la inteligencia para que pueda penetrar en el conocimiento de todas las cosas.

Por ello, al decir ¡Hágase tu voluntad en mi tierra!, No estamos pidiendo un «caudillo» que nos diga lo que tenemos que hacer, sino que estamos solicitando que, del mismo modo que se hace en el cielo, donde Kether Padre establece amor sabiduría e inteligencia-comprensión, lo establezca también en nosotros, que nos conceda las prerrogativas divinas que concedió a Hochmah y a Binah. Le pedimos, en suma, que con su voluntad, nos convierta en creadores, elevándonos a la categoría de dioses, nos haga participar con la conciencia despierta, en la obra creadora.
«El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy y refresca nuestras almas con las aguas vivas». En este punto de la plegaria se pide lo esencial, ya que como diría Jesús más adelante, si se busca el reino de Dios y su justicia, lo demás viene por añadidura. Se piden las cualidades de Hochmah y de Binah, tal como apuntábamos en el punto anterior. En la época en que vivió Jesús, el pan solía ser elaborado por cada familia y de todos modos, debemos interpretar esta petición, no solamente en el sentido alimenticio, sino en el más amplio de permitirnos la elaboración de ese pan.

Las enseñanzas tradicionales dicen que en la elaboración del pan participan los siete Séfiras que van de Binah a Yesod; es decir, los siete centros de vida activos en cada uno de nosotros se movilizan en la tarea panificadora, de modo que teniendo esto en cuenta, lo que estamos pidiendo es que diariamente el Padre mantenga activos en nosotros los sietes centros de la vida que elaboran nuestra existencia, porque en el proceso evolutivo, nosotros pasamos por fases parecidas a las del pan, desde que la pasta se amasa hasta que se cuece; le pedimos que no exista en nosotros ninguna tendencia muerta, que todo se encuentre vivificado y en estado de alerta porque, siendo así, el pan físico no nos faltará, y será el producto natural del trabajo humano.

La referencia a las aguas vivas, que no figura en la plegaria tal y como nos ha llegado, es una demanda del amor sabiduría de Hochmah. Trabajo humano y amor, tales son las peticiones esenciales que debemos dirigir al Padre, no el amor de la sociedad hacia nosotros, sino amor nuestro hacia todo lo creado; amor que, al darlo, nos será devuelto, de acuerdo con la dinámica del mecanismo cósmico.

«Y perdona nuestras ofensas en la medida en que nosotros perdonemos a los que nos han ofendido». Dirigir esta petición a un Dios externo no tendría sentido porque él ya conoce las reglas cósmicas y sabe que las ofensas perdonadas abajo disparan automáticamente los mecanismos del perdón en los mundos de arriba y nuestras ofensas se borran. Cristo introdujo ese punto en la plegaria para que el discípulo medite sobre la cuestión y pueda tomar conciencia de que su propia actitud respecto a los demás, determinará la actitud del Padre respecto a él. Esto no significa que el Padre cambie en la forma de enjuiciarlo, sino que nuestra actitud humana nos hará beneficiarnos de unos mecanismos activos en la obra divina.

Por otra parte, el Padre Kether, como hemos dicho, se encuentra interiorizado en cada uno y si tomamos conciencia de esta realidad, resultará que es de nuestro interior, de lo que en nosotros hay de divino, de donde ha de venirnos el perdón, de acuerdo con la regla que Cristo expresaría más tarde al decir «la caridad bien entendida empieza por uno mismo».Perdonar las ofensas a los demás es tarea primordial para que el Padre pueda establecer su Reino en nosotros, porque si nuestro Reino humano aparece surcado de odios, rencores y desavenencias, por mucho que despejemos los senderos por otro lado, el soberano no pondrá nunca los pies en nuestra tierra. Cuando pronunciamos esa parte de la oración, debemos pensar en si estamos resentidos contra alguien y, si lo estamos, vayamos a su encuentro y hagámosle saber que nuestra ofensa ha prescrito. Si no es así, no vale la pena seguir rezando, porque no reuniremos las condiciones para que sea efectiva y no dejará de ser un movimiento inocuo de los labios.

«No nos induzcas en tentación, sino libéranos del maligno». La tentación aparece, inevitablemente, al alcanzar cierto nivel evolutivo, porque el maligno es un agente activo en nuestro proceso formador. Él ha sido el tutor en la toma de conciencia de nuestros deseos y llega ineludiblemente un momento en que debemos despedirnos de este viejo profesor, experto en las artes de la izquierda, para vincularnos a la corriente crística que circula por la derecha. La tentación, muchas veces, es la de seguir siendo lo que somos, la de no transformarnos, la de incorporar a medias los nuevos valores, a la manera de un manto que cubre los antiguos. Muchas de las prácticas que hoy llamamos cristianas no son más que unos ropajes transparentes que ocultan apenas la doctrina antigua.

El Padre ha de librarnos de ese mal sutil, otorgándonos la suficiente lucidez para reconocerlo, porque en el momento del tránsito de una doctrina a la otra, cuando vayamos al encuentro del viejo profesor Mefisto para despedirnos de él, el maligno astuto nos dirá: «¿Por qué romper nuestras buenas relaciones? Yo sé mucho acerca de la nueva doctrina y puedo instruirte en ella como lo he hecho en el terreno de la experiencia». Si aceptamos su ayuda, ya estaremos endosando las dos túnicas y los viejos métodos aparecerán con un barniz nuevo. Debemos tener el valor de romper, de quemar las naves, como lo hiciera Cortés al llegar al nuevo mundo. Sólo entonces, cuando ya no sea posible mirar hacia atrás, descubriremos en toda su plenitud los valores del nuevo universo que es ahora el nuestro. Entonces, el Reino del Padre cobrará vida y su realidad irá penetrando en nuestra conciencia.

Haznos cada día más perfectos, como tú eres Perfecto. Amén” Termina la oración, reclamando una condición sin la cual el padre no podrá penetrar en nosotros, porque la perfección necesita para expresarse un medio adecuado a su naturaleza, y si el hombre no adquiere la cualidad de la perfección, el Padre se quedará en la puerta, esperando a que esa perfección se cumpla.

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La Gran Invocación según la cábala


Ésta es una oración que se conoce en todo el mundo, pero nos hemos permitido realizarle unos pequeños cambios para adaptarla al Árbol de la Vida. Lo ideal sería que cada día la repitiéramos 2 veces (una por la mañana y otra por la noche) para elevar nuestra energía.

La gran invocación
Desde el punto de luz y de voluntad en la mente de Dios Kether, que afluya la luz a las mentes de los seres humanos, que la luz riegue la tierra.

Desde el punto de amor sabiduría en el corazón de Dios Hochmah, que afluya amor a los corazones de los seres humanos, que Cristo retorne a la tierra.

Desde el centro donde la inteligencia de Dios es conocida como Binah, que el propósito guíe la inteligencia de los seres humanos, el propósito que los maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los seres Malkuth, que se realice el plan de amor y de luz, y se selle la puerta de donde parten los errores.

Que el poder voluntad de Kether,
el amor sabiduría de Hochmah
y la inteligencia activa de Binah,
restablezcan el plan en Malkuth.
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Actividades para conectar con la Nueva Era


Actividades para conectar con la Nueva Era es una sección que inauguramos el día en que tiene lugar la Luna nueva (cuando se dan cita el Sol y la Luna) de Cáncer. Éste es el signo de la transmutación alquímica, el que tiene que ayudarnos a desprendernos de los antiguos hábitos para avanzar hacia una nueva vida. Y el elemento principal que debemos trabajar es el Amor. Cáncer es también el signo del nacimiento del amor, de las emociones puras y a través de ellas somos capaces de curarnos de cualquier mal.

En esta sección encontraréis textos y ejercicios cuyo principal propósito es llevarnos hacia una elevación de conciencia, hacia un cambio que nos permita ser más felices.

Resultaría de gran utilidad que plasméis vuestros comentarios en el blog, para que todos podamos nutrirnos de los resultados de vuestras acciones.

Que el poder-voluntad de Kether, el amor-sabiduría de Hochmah y la inteligencia-activa de Binah iluminen vuestros trabajos.


La salud o el arte de dirigir la vida


Salud es un término que a menudo se utiliza en un sentido muy cerrado, relacionándolo sólo con el ámbito físico. Desde un punto de vista más amplio, equivale a estimarse, a quererse, a mimarse, a respetarse, a agasajarse, a aceptar el papel que estamos representando en la vida y a cambiarlo cuando nos satisfaga representar otro distinto. Sentirse pletórico de salud es creer en las propias posibilidades sin dejarse influir por las valoraciones externas.

La salud como herramienta de equilibrio

Salud física

1ª regla

• aceptar el propio físico y aprender a quererlo
¿Qué significa quererlo?
- mirarse cada día en el espejo y quedar satisfecho

- evitar las dietas que nos perjudiquen: física- emotiva- mentalmente.

Las dietas distan de ser el recurso ideal para que nuestro peso sea el adecuado y exista en nosotros un equilibrio, ya que obligan a llevar a cabo una serie de restricciones que hacen que la persona se sienta en inferioridad respecto a los demás. ¿Por qué me prohíbo comer lo mismo que él? Ello rebaja nuestro nivel de autoestima y hace que sintamos un desequilibrio con respecto a los que nos rodean.

- Cambiar los hábitos de alimentación

Una cosa es realizar una dieta, que siempre es temporal y otra muy distinta llevar a cabo un cambio en los hábitos de alimentación, que viene a ser algo mucho más definitivo. Así sabiendo que el azúcar refinado carece de cualquier tipo de nutrientes necesarios para el cuerpo, lo elimino de mi dieta y lo cambio por azúcar moreno, miel u otros edulcorantes naturales. Adapto mi nutrición a las nuevas necesidades de mi cuerpo y con ello ayudo a que éste alcance el peso que yo considero ideal y necesario para este momento de mi evolución.

2ª regla

• evitar toda comparación

Como reza el dicho, toda comparación resulta odiosa, pero además es absurda ya que cada cual tiene un camino distinto a recorrer y por lo tanto unas necesidades determinadas que difícilmente van a coincidir con las de sus compañeros de ruta. Unos necesitan ser delgados y otros más compactos, unos ricos y otros pobres, unos altos y otros bajos, etc. Resulta pues incongruente que me compare con mi vecino o que yo desee lo que él tiene porque su experiencia ha de ser forzosamente distinta a la mía. Es importante que me fije en mi propio camino, sin dejarme distraer por los paisajes colindantes.

3ª regla

• respetar el propio cuerpo

- cuidarnos: usar cremas, aceites, colonias, etc.- evitar lo que nos sienta mal: comidas, exceso de sol, etc.- reducir los excesos: alcohol, comida, tabaco, etc.- actuar de acuerdo a nuestra conciencia- evitar castigos: conscientes e inconscientes- dar gracias: tomando conciencia de lo que nos ha hecho así- planear los cambios a realizar- bañarse y ducharse: como relajación o como estimulante- hacer deporte: tablas, aeróbic, piscina, etc.- postura: adoptar una postura cómoda en toda situación.

Salud emotiva

1ª regla

• aceptar la sexualidad

Debemos aceptar nuestro cuerpo tal como es y saber que todos los seres humanos tienen las mismas capacidades sensitivas, aunque algunos las desarrollen más que otros y ello dependerá de las vivencias que deba vivir la pwrsona en cuestión. Tenemos que ser conscientes, igualmente, que todo puede cambiarse en la vida, siendo la queja, el menosprecio y el lamento los mayores inconvenientes con los que chocamos.

2ª regla

• evitar los sentimientos negativos

- preocupación - pesimismo - miedo - culpabilización

Estos sentimientos impiden avanzar ya que nos constriñen a una visión muy limitada de la vida, viendo a menudo, sólo la parte negativa de las cosas.

A menudo nos encontramos con situaciones que queremos olvidar, porque nos causan dolor y llevado al límite pueden ayudar a derivar hacia esa enfermedad llamada Alzheimer.

3ª regla

• cuidar el sueño

Es necesario dormir un número determinado de horas para que el cuerpo se restablezca después de la lucha diaria. Es importante que antes de ir a dormir hagamos una pequeña relajación, o como mínimo una desconexión de los problemas de la jornada. Sería bueno que procuremos evitar comer en exceso antes del sueño o ver series violentas en televisión. Lo ideal es poner un poco de música o conectar con una lectura relajante.

• levantarse de buen humor

Levantarse de buen humor es fundamental para iniciar un día correctamente, ya que si el comienzo es malo, será necesario realizar un esfuerzo y su gasto consiguiente de energía para enderezarlo.

• llorar es necesario

Llorar puede ser considerado como una terapia en ciertos momentos determinados, sobre todo en las mujeres, ya que su presión sanguínea es mayor que la de los hombres y las lágrimas constituyen una válvula de escape (la hemorragia blanca), lo mismo que el periodo menstrual.

Salud mental

1ª regla

• pensar en positivo

Si nuestros pensamientos son positivos, el resultado de éstos, es decir, las acciones que tengan lugar en la vida cotidiana, también lo serán. Nuestro estado mental será favorable, lo cual nos facultará para sintonizar con todas nuestras capacidades y utilizar el pleno potencial como individuos. Cuando quieras que tus pensamientos sean positivos prueba a recordar alguna secuencia de tu vida en la que las cosas te hayan salido muy bien. Si fijas tus pensamientos en el fracaso, acabarás atrayéndolo a tu vida.

2ª regla

• tener confianza en las propias posibilidades

Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto (Henry Ford)

3ª regla

• aumenta tus cualidades en lugar de tus defectos

Allí donde fijas tus pensamientos todo aumenta, así que si lo haces en tus virtudes, ellas serán las que crecerán. En cambio si pasas el tiempo lamentándote de tus desgracias, enfermedades, etc., éstas aumentarán hasta el infinito. Cuando te encuentres mal trata de pensar que estás mejor, busca el remedio adecuado y aplícalo a tu dolencia, pero evita utilizar el teléfono para contar a todos tus conocidos lo apenado que estás.Vive en positivo.

Ejercicio de la mañana

Éste es in ejercicio para realizar todas las mañanas, antes de levantarse, para empezar el día con fuerza y con energía.

Quédate en la cama como si estuvieras todavía durmiendo e imagina que estás en lo alto de una montaña. Estás viendo en lo alto como nace el sol, con un color anaranjado precioso que te llena de esperanza y de ánimo para la jornada que empieza. .En lo alto de la montaña te sientas en el suelo para realizar una pequeña meditación. Tienes delante un árbol que representa el Árbol de la Vida o árbol cabalístico y vas a escalar por él.

Primero vas al primer nivel (Yesod) y le pides que en esta jornada tu imaginación sea fecunda.
Sigues subiendo al 2º nivel (Hod) y le pides que te conceda el don de la comunicación.
En el 3º (Netzah) pides que la armonía y la belleza te acompañen.
En el 4º (Tiphereth) solicitas que tu memoria esté activa para recordar todo lo bueno.
En el 5º (Gueburah) nivel pedirás que tengas fuerza y energía para enfrentarte a los retos del día.
En el 6º, (Hesed) que la abundancia jalone tu camino.
En el 7º, (Binah) que todo sea como debe ser.
En el 8º nivel (Hochmah) pedirás que el amor esté presente en cada uno de tus actos.
Y en e 9º (Kether) y último nivel solicitarás que tengas suficiente fuerza de voluntad para llevar a buen término todos tus proyectos.

Después bajarás de la montaña para volver a tu cama.Cuando te duches debes pedirle a las aguas purificadoras que te limpien de impurezas para que éste pueda ser un buen día.

Ejercicio de la noche

Antes de dormirte, una vez en la cama, deberás subir de nuevo a lo alto de la montaña para ver el ocaso del sol y despedir la jornada.Realizarás entonces el descenso del árbol de la Vida o árbol cabalístico.

En el primer nivel (Kether) darás las gracias por la fuerza de voluntad que te empujado a actuar durante esta jornada que se acaba.
En el 2º (Hochmah) darás las gracias por haber contado con el amor para disolver situaciones difíciles.
En el 3º (Binah) darás las gracias por haber hecho las cosas siguiendo un orden.
En el 4º (Hesed) darás las gracias por la abundancia recibida.
En el 5º (Gueburah) darás las gracias por la fuerza obtenida.
En el 6º (Tiphereth) darás las gracias por poder guardar memoria de los buenos momentos y de los éxitos obtenidos.
En el 7º (Netzah) darás las gracias por toda la belleza y la armonía recibida durante la jornada.
En el 8º (Hod) darás las gracias por los canales de comunicación que se te han abierto hoy.
En el 9º (Yesod) darás las gracias por la imaginación que te ha permitido soñar con tus objetivos.

Y de regreso a la tierra darás las gracias por la jornada vivida, bajarás de la montaña y pedirás que tus guías te lleven hacia los planos más elevados del Mundo Astral, allí donde los sueños son en color.

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