Cada día el ser humano se ve sometido a pruebas, de índole práctica, sentimental o intelectual. Superarlas supone siempre un estímulo y para conseguirlo, lo mejor es conocer su procedencia.Cuenta la tradición que el espíritu crístico planteó 7 pruebas al cuerpo de Jesús antes de aceptar fundirse alquímicamente con él.En el relato de los Evangelios encontramos los llamados 7 pecados capitales, que se inscriben como sendas pruebas por las que cada ser humano debe pasar en algún momento de su vida. Hasta hace poco se ha pensado que se trataba de consignas morales o a lo sumo religiosas, pero en realidad reflejan las virtudes y defectos de los siete planetas principales de nuestro sistema solar. Y si tenemos en cuenta que esos planetas tutelan nuestras vidas a través de los signos zodiacales que dirigen, comprenderemos su importancia. Veamos cuál es su significado y cómo cada uno de ellos influye en nuestra vida.
Primera prueba: la soberbia - sol
De los errores cometidos por el ser humano, la soberbia o el exceso de orgullo es el que más funestas consecuencias suele tener para quien la sufre, porque afecta de una manera global todas las funciones de individuo. Es una enfermedad de la voluntad y está presente en todas las motivaciones, cualquiera que sea la importancia de la acción a realizar.Si las energías solares dejan de transformarse en actos y se conservan dentro del organismo psíquico del individuo, se produce una sobrecarga energética que hace que la persona se ilumine, por así decirlo, por dentro. Esa luminosidad interior puede conducir a un efecto positivo y a otro negativo. El primero consiste en tomar conciencia, en descubrir la realidad trascendente y saber que uno forma parte del cosmos. Pero sin un ingrediente llamado voluntad, esa súper conciencia de sí mismo, le separará del resto de los mortales. Los efectos secundarios consisten principalmente en cortarla de la fuente, haciendo de ella un ser separado, algo parecido a un islote de aguas encharcadas, que en poco tiempo se llenará de parásitos. El Sol está considerado como el centro del universo y su homónimo en el cuerpo es el corazón. Así, los efectos de una sobredosis de soberbia pueden traducirse en que el corazón se vea privado del fluido vital, que es la esencia que vitaliza nuestro organismo. Las corrientes sanguíneas serán pobres y se verá expuesto al colesterol, al ácido úrico, a cardiopatías o en casos extremos incluso a la leucemia.El antídoto natural para la soberbia, es la humildad. Para poder avanzar hacia ella, es preciso que el soberbio tome conciencia de su estado y esté dispuesto a trabajar sobre sí mismo.
Segunda prueba: la avaricia - Saturno
La avaricia es un error saturnino. En el plano mental, un Saturno mal administrado puede producir una parálisis de las ideas y una disminución de la luz. En el aspecto emotivo, la persona deja de compartir sentimientos, se encierra en sí misma. En el plano físico generará soledad.Un exceso de avaricia nos acercará a la frigidez sentimental o la insensibilidad. El avaricioso será pues también un insensible hacia todo lo que le rodea y así se comprende que lleve una vida sórdida de privaciones, porque carece de apetencia hacia lo exterior. El avaro es un ser pobre, en el más amplio sentido de la palabra: pobre en ideas, en sentimientos y emociones, en posesiones, ya que el dinero retenido es para él una pura abstracción.La avaricia es indicio de un desorden interno y necesitará un gran esfuerzo de voluntad para ser corregida. En el cuerpo humano Saturno es el regente de los huesos, así que la avaricia puede generar en quien la padece arteriosclerosis, reuma, dolores de espalda, parálisis, sordera, y enfermedades óseas en general.El antídoto natural para el avaro es la generosidad, en cuanto empiece a compartir con los demás, los síntomas de sus dolencias desaparecerán.
Tercera prueba: la gula - Júpiter
La gula es un error jupiteriano. En nuestra sociedad actual, está relacionada con el hecho de consumir más de lo que a uno le corresponde en virtud de los recursos comunes de que dispone la humanidad, en sus negocios, en su actuación social y profesional. El glotón también abarca más lo que su programa humano le permite abarcar, reduciendo o suprimiendo el espacio social en el que los demás deberían actuar como legítimo terreno de experiencias. Entonces, los demás se quedan sin pastel. Otra cualidad del gulafra es la de establecer dogmas religiosos, políticos, sociales, científicos o culturales.Por lo tanto, podemos considerar la gula como un desbordamiento de la individualidad, que tiende a tragar a la colectividad. Es uno de los problemas de nuestra época y el más difícil de combatir. En efecto, cuando el cuerpo está saciado de alimentos, nos vemos obligados a adoptar un régimen. Pero en el terreno intelectual o emotivo el glotón sigue tragando más y más, privando al resto de los humanos de su legítimo espacio vital.Cómo Júpiter está relacionado con la circulación arterial, la plasmación de la gula en el cuerpo humano tendrá como resultado las enfermedades asociadas a esa circulación, como las trombosis, los accidentes coronarios, diabetes, hipertensión y en casos extremos, el cáncer, que se caracteriza precisamente por una tendencia a la invasión y a la ocupación de espacios ajenos.El antídoto natural para la gula será compartir, que es la actitud contraria a apropiarse.
Cuarta prueba: la ira - Marte
La ira es un error marciano. Cuando este planeta impone su ley en el mundo mental, la persona tiende a organizar su vida con un excesivo e innecesario rigor. Todo funciona a su alrededor como en un cuartel, al toque de trompetas. El primer efecto oculto de la ira en la vida de quien la padece, será proporcionarle un marido, una esposa, unos amigos y compañeros aparentemente inferiores, que difícilmente han de aportarle esa tensión sin la cual ninguna experiencia es posible. Cederán ante él y, sin encontrar resistencia, el colérico avanzará hasta el final.En el mundo de los sentimientos, la ira lo radicaliza todo, transformando los deseos en furiosa pasión y concediendo una importancia excesiva a lo que deberían ser sencillas apetencias del alma. El individuo empeñará entonces todo su ardor en conseguir algo que en sí es irrisorio. Bajo el impulso de la ira, la vida se convierte en una auténtica caricatura, pero una caricatura dramática. En el mundo físico, Marte rige el hierro que, por su oxidación, produce el calor necesario a la vida y, bajo forma de hemoglobina aporta el color rojo a la sangre. Así, la ira producirá un exceso de calor en el cuerpo, manifestándose a menudo en forma de granos, furúnculos, fiebres, ruptura de vasos sanguíneos, hemorragias internas y externas, hemorroides, hernias.El aspecto más positivo de la ira es que todo el mundo la reconoce, incluso el que la padece, así, será más fácil encontrar el remedio. El antídoto natural para la ira será la descarga, ya que al tratarse de un exceso de energía, la ira desaparecerá si la persona se libra, conscientemente, a actividades como la práctica intensa de un deporte, la gimnasia, y también las actividades de tipo creativo.
Quinta prueba: la lujuria - Venus
La lujuria es un error venusiano, que además de actuar en el dominio sexual, extiende sus redes sobre todos los placeres inmoderados que nos auto concedemos. En el plano mental, genera permisividad, desvirtuando el sentido de la ética y haciendo que todo parezca plausible, e interfiriendo en la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, de forma que se ve en la imposibilidad de arrancar las malas hierbas que florecen libremente en su vida.En el plano emotivo, le concede al sexo funciones directrices, marginando otros criterios presentes en el alma. También extiende sus amarras sobre las relaciones sociales, sellándolas con la marca de lo efímero.La lujuria produce un progresivo oscurecimiento de la conciencia, de manera que al Ego Superior le resulta difícil comunicar su saber a su contrapartida material, la cual deja de cumplir su programa profundo. La persona se ve entonces desasistida espiritualmente y vulnerable ante el más mínimo contratiempo que le depare la vida, siendo firme candidata a la depresión. Les efectos de la lujuria pueden llevar hacia desequilibrios mentales, retrasos, epilepsia, enfermedades en las que el cerebro realiza mal sus funciones y abandona la dirección a los deseos. El antídoto natural para la lujuria es el control mental, ejercerlo nos ayudará a alejar de nosotros los deseos que pueden dañarnos.
Sexta prueba: la envidia - Mercurio
La envidia es un error mercurial. En el mundo mental, la función de Mercurio consiste en orquestar los recursos que posee el individuo para su más lógico aprovechamiento. Pero cuando Mercurio forma disonancias, entonces tiende a utilizar recursos ajenos en el programa propio. Esta situación se manifiesta en la persona bajo el rostro de la envidia.En el ámbito de relaciones sociales, será fuente de importantes conflictos. La envidia, para prosperar en el terreno práctico, debe ir acompañada de sus dos acólitos: la mentira y la calumnia, con la ayuda de las cuales arruinará la reputación de la persona cuyos recursos Mercurio ambiciona. En lo que se refiere al propio destino, la envidia falseará nuestras necesidades experimentales, procurándonos experiencias innecesarias para nuestro Ego Superior. En el plano emotivo, Mercurio es el encargado de aportarles lógica a nuestros sentimientos, de proporcionarles su razón de ser. Pero cuando aparece la envidia, proporciona a los deseos argumentos nobles para justificar actuaciones deplorables. En el plano físico, Mercurio rige las conexiones, las relaciones humanas y una situación de envidia hará que la persona se vea conectada con individuos que contribuirán a desviarlo de su universo natural, orientándolo de forma equivocada respecto a su programa de vida.La envidia hará que la persona sea propensa a los envenenamientos, a las dificultades respiratorias y gástricas. Todas las afecciones del aparato intestinal, las intoxicaciones, apendicitis, peritonitis, enfermedades contagiosas y pulmonares pueden estar relacionadas con la envidia, puesto que en el plano moral, también la envidia envenena, intoxica, estrangula, contagia, vicia el aire, impide que la persona objeto de la envidia evacue normalmente sus cualidades internas sobre el mundo.El antídoto natural de la envidia es la nobleza y practicarla nos alejará de todos sus efectos secundarios.
Séptima prueba: la pereza - Luna
La pereza es un error lunar. En el Mundo Mental, la Luna produce las imágenes internas, es lo que llamamos la imaginación, a través de la cual la mente se desplaza de un lugar a otro, explorando por un lado las alturas inaccesibles y estableciendo cabezas de puente en terrenos nuevos y descendiendo por otro a los abismos de la razón allí donde ideas arcaicas y profundamente enraizadas necesitan que las sales lunares disuelvan sus amarras. Los efectos de la pereza en este mundo bloquean la imaginación y dejan que todo siga tal como está, de modo que imposibilitan la progresión intelectual hacia arriba.La exteriorización de los deseos hará que la persona sea fría o caliente, que se mueva. Pero cuando la pereza obstaculiza esas funciones, se convierte en este tibio al que Dios vomita de su boca.En el mundo físico, la Luna rige las funciones de disolución y coagulación de los elementos, aportando una renovación periódica a nuestros átomos y moléculas, de acuerdo con los ritmos del universo. Si esas funciones resultan obstruidas, nos convertimos en algo parecido a una tierra muerta, en seres inútiles para sí mismos y para los demás.La pereza se relaciona con todo tipo de enfermedades, ya que los órganos dejan de realizar correctamente sus funciones, por pura pereza.El antídoto natural para la pereza es el movimiento. Moverse hacia las cosas que estén a su alcance. Por cada paso que dé, Dios dará dos por él. Poco importa aquí el resultado práctico obtenido lo importante es ponerse en movimiento a nivel físico, sentimental y mental para restablecer las funciones que se encuentran perturbadas.
Tristán Llop
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