¿Controlas tus impulsos?

¿Eres consciente de lo que mueve tu voluntad todos los días? ¿Acabas todo lo que empiezas? ¿Y qué pasa con lo que has iniciado pero no has terminado, se pierde en el universo, desaparece?

Imaginemos que todo es energía y que cuando pongo una iniciativa en marcha, sea en el ámbito mental (una idea), emotivo (una emoción) o físico, esa energía es como una criatura que viene al mundo. Lo ideal sería que llevemos esta energía hasta sus últimas consecuencias. Pero a menudo dejamos esas criaturas a la “buena de Dios” y no llevamos este impulso hasta el final. (sigue...)