La undécima letra-fuerza es el Khaf. Si el Yod representa la interiorización del pensamiento divino en el hombre, el Khaf corresponderá a la etapa de exteriorización de ese pensamiento. Sus funciones serán análogas a las del Ghimel y del Zaín en sus respectivos elementos, o sea, realiza funciones Vav, y en la tabla alfabética vemos que el Khaf se sitúa justo debajo del Beith.
Dijimos al hablar del Beith que constituía la primera interiorización de la esencia divina; el Khaf será, en este nuevo ciclo, la puerta natural de salida de esta esencia...
Es decir: el Beith realiza funciones He y el Khaf, situado debajo, es el Vav de este He. Esto hace que las energías primordiales encerradas en el Beith sólo puedan ser evacuadas conscientemente por el ser a través del Khaf, puesto que en la exteriorización que se produce en el Ghimel, letra que sigue al Beith, el ser es instrumento inconsciente, simple herramienta en manos de la divinidad.
El Khaf representa, pues, la tercera, fase del aire, la de exteriorización de los contenidos de la mente. En el ciclo zodiacal, el Khaf representa a Géminis y recibe de él su fuerza diseminadora.
En el orden sefirótico, el Khaf corresponde a Hochmah en el segundo ciclo, el de creaciones, regido precisamente por Hochmah, de igual modo que el primer ciclo de nueve letras está regido por Kether. Esa doble presencia de Hochmah en el Khaf hace que el amor divino se exprese en esta letra con mucha fuerza, acompañando la exteriorización del pensamiento por parte del ser humano de ese amor que magnifica todas las cosas y que les da sentido y trascendencia.
En el Tarot, el Khaf está representado por la lámina nº 11, en la que aparece una señora abriendo sin el menor esfuerzo las fauces de un león sentado mansamente a sus pies. La lámina lleva el nombre de la Fuerza. Muchos estudiosos del Tarot, al ver aparecer un león en la carta, le atribuyen una correspondencia con el signo de Leo.
En realidad, tal como lo acabamos de explicar, el Khaf es la puerta de salida de las energías encerradas en Leo-Beith, y en esta carta, la fuerza moral y la fuerza mental se juntan para transformar el mundo.
Si la Fuerza aparece en tu juego, interprétala como la imperiosa necesidad que siente el individuo de lanzar a la sociedad sus criterios. En la etapa anterior, representada por la Rueda de la Fortuna, ha ido acumulando razones en su interior hasta llenar su receptáculo y ahora debe vaciar sus reservas mentales. Para evacuar esa necesidad, el individuo se meterá con todo, tanto si lo conoce como si no. En todo caso, su conocimiento será teórico, ya que la experiencia material de las cosas está aún por conquistarse.
Significa, pues: intromisión intelectual en los asuntos humanos, sociales, políticos. La necesidad de expresarse hará que el individuo se manifieste ahí donde la necesidad pueda ser ejercida. Si esa posibilidad se la ofrece la derecha, será de derechas; si se la ofrece la izquierda, será de izquierdas. Pero desde una u otra vertiente, el individuo expresará su verdad interior. Ello le creará muchos compromisos, le hará meterse en negocios, en asociaciones, partidos, comités, asambleas, manifestaciones. Será el ser disponible para todo y, como la disposición interior provoca la aparición de la circunstancia que permite satisfacerla, esta carta significará que a la persona le saldrán oportunidades, que inicia un período de infinitas posibilidades y aunque el objetivo declarado sea ganar dinero, forjarse un nombre, conquistar una posición, la verdad más profunda será que el individuo necesita decir lo que piensa, necesita maniobrar y manipular, sobre todo mentalmente. Siendo esto lo importante, puede entrar en negocios ruinosos o en partidos que parecen concebidos expresamente para la derrota, o sea, que la carta no significa una garantía de éxito en las empresas, sino simplemente de múltiple participación.
Kabaleb