La decimoctava letra-fuerza es el Tsade. Vemos en la tabla que el Tsade se sitúa al final del segundo ciclo sefirótico, correspondiente a Yesod-Luna, el centro productor de imágenes. Las primeras nueve letras representan en conjunto la fase Yod, auspiciada por Kether, y en ella asistimos al despliegue de la voluntad, creadora de todas las cosas.
El segundo ciclo de letras, que van de la 10 a la 18, representan, en conjunto, la fase He, auspiciada por Hochmah, en la que la sabiduría-amor instituye en los deseos de la semilla de la voluntad. La siguiente etapa, el Vav, será de formación, actuando sobre la realidad física...
El Tsade, encontrándose en la etapa final de la interiorización, es, por así decirlo, la puerta por la que lo de dentro se vacía hacia fuera, o sea, que el Tsade anuncia la aparición de fenómenos en el terreno físico.
Al hablar del Teith (9) dijimos que representaba la mujer, compañera del hombre. Siendo, pues, el Teith el eterno femenino, el Tsade representa la madre, portadora del fruto de próxima exteriorización, de modo que, en un sentido amplio, el Tsade anuncia la facultad de dar a luz.
En el Tarot, el Tsade está representado por la lámina nº 18, que lleva el nombre de la Luna. En ella vemos una imagen de la Luna con dos perros ladrándole, mientras en un estanque el cangrejo lunar anuncia la existencia de una vida subterránea. Es una carta que no goza de buena reputación en el terreno mántico y, por lo que acabamos de decir, se comprenderá por qué, ya que anuncia algo escondido que, al parecer, modificará la situación.
No es que ese algo tenga que ser necesariamente malo pero, dado que no somos ángeles, dado que nuestro estado evolutivo es aún mediocre, es razonable pensar que lo que hemos estado interiorizando y que por fin va a salir no será un fruto muy apetecible.
Si la Luna aparece en tu juego, interprétala en el sentido de que la situación que estás viviendo oculta algo, o sea, que en el asunto objeto de la consulta no hay sinceridad, por cuanto las palabras o la situación en sí están preñadas de algo que no aparece, pero que aparecerá de inmediato para hacer las cosas distintas. Teniendo esto en cuenta, la interpretación que deba darse a la carta será positiva si el contexto del presagio es negativo y, viceversa, negativa si el presagio anuncia un hecho positivo, puesto que la cosa oculta que aparecerá modificará la situación.
En todo caso, la carta anunciará algo que inevitablemente ha de ocurrir, puesto que ya hemos visto al estudiar el séfira Yesod cómo éste es un simple colector de impulsos emanados de los demás séfiras, de modo que la imagen que forma ya no puede modificarse y se manifestará en la vida como circunstancia emanada del interior de la persona.
Kabaleb