Me llegó a través de Internet un pequeño y bonito cuento que quiero compartir con vosotros.
Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones. De inmediato llamó a su especialista en adiestramiento para que los amaestrara. Al cabo de un tiempo el amaestrador comunicó al rey que uno de los halcones ya volaba perfectamente, mientras que el otro se quedaba en su rama.
El rey buscó a los mejores expertos en animales para que ayudarán al halcón a volar, incluso hizo venir curanderos, por si estaba enfermo. Pidió a su corte que le ayudara y finalmente solicitó la participación de sus súbditos.
Al cabo de unos días informaron al rey que el halcón ya volaba. Éste quiso que trajeran de inmediato a la corte a la persona que había conseguido tal proeza. Se trataba de un humilde campesino.
- Buen hombre, ¿Cómo has hecho para que el animal volara? – le preguntó.
- Mi rey, me he limitado a cortarle la rama, entonces el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y voló.
El rey se quedó atónito ante la sencillez de la operación.
¿Y tú, a qué rama estás atado, qué te impide volar?
Solemos colocarnos en una zona de comodidad y a menudo se nos olvida que somos capaces de volar, de ir más allá de donde estamos y de la realidad establecida. Siempre hay alguien a nuestro alrededor dispuesto a recordarnos las desgracias ajenas, a atarnos, como el elefante a la estaca, a realidades pasadas que dejaron en nosotros huellas negativas que frenan nuestro avance.
La historia del halcón debe recordarnos que tenemos alas, que el universo nos ha dotado de las herramientas necesarias para cumplir con nuestro destino y, al mismo tiempo, para franquear nuevos cielos.
Tomemos nota de este recordatorio y echemos a volar antes de que la vida tenga que cortarnos la rama, antes de que la realidad se haga tan insoportable, tan pesada, que nos veamos obligados a emprender el vuelo a la fuerza. Porque en esas circunstancias solemos perdernos la vista del paisaje.
Compañeros de ruta. ¡Buen vuelo!
Tristán Llop
1 comentario:
es una verdad como una casa es esperanzador lo que puede hacer un cuento
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