En el ámbito de mi país, España y en el mundo entero se está hablando de crisis. A través de este artículo, trataré de enfocarla desde un punto de vista diferente, utilizando el lenguaje simbólico.
Mi objetivo principal es buscar la manera de salir de la crisis personal, si la estamos viviendo, o comunitaria y para ello realizaré algunas propuestas.
Crisis viene de la palabra griega Krino, “yo decido” y se define como un cambio brusco en el curso de un acontecimiento, para mejorar o para empeorar. También nos dice la Real Academia de la Lengua que crisis es “una mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya sean de orden físico, histórico o espiritual”.
Con las dos definiciones anteriores tenemos ya una base para desarrollar, por un lado vemos que la crisis nos confronta a un cambio brusco, que puede llevarnos a mejorar o a empeorar, lo cual significaría que cuando alguien se enfrenta a una crisis (sea una persona o una nación), es porque está sumida en un proceso de cambio. Esta idea también encajaría con lo de la mutación importante.
Surge entonces una pregunta obligada ¿la crisis es positiva o negativa? Visto desde el punto de referencia anterior, la crisis debería resultar positiva, pero para conseguirlo es preciso volver a la acepción griega del término “yo decido”. Para que la crisis nos conduzca a un proceso de cambio que nos ayude a evolucionar es preciso que tomemos decisiones que ayuden a modificar la orientación actual de nuestra vida.
Si la crisis se presenta para propiciar un cambio es porque necesitamos, en el ámbito personal, como país, continente o mundo, ese cambio. Así que el primer paso consistirá en tomar conciencia, a nivel individual de que debemos hacer las cosas de una manera distinta.
Kabaleb decía que cuando las cosas van mal la cábala nos indica el camino a seguir. El Árbol de la Vida (esquena simbólico que muestra la evolución del ser humano) nos dice que cuando iniciamos una nueva actividad movemos el aspecto llamado Kether (la voluntad). Al hacerlo, automáticamente se pone en marcha el siguiente, llamado Hochmah (suerte), que activa la providencia que facilitará el cumplimiento de esa voluntad. Así, Kabaleb decía que en el momento que hay crisis, es preciso poner en marcha una nueva actividad, que en una empresa se traduciría por una ampliación de capital, por ejemplo. Al hacerlo, moveremos las circunstancias necesarias para que las cosas se arreglen.
De este modo, otra pregunta importante será ¿cómo podemos ayudar a superar la crisis a nuestro país? Para contestarla volveremos a lo dicho anteriormente. El primer paso es tomar conciencia de que vivimos, en alguna parte de nuestro ser, esa crisis (busquemos dónde). El segundo paso será decidir cambiar, mover algo, iniciar una nueva actividad, al hacerlo estaremos actuando de masa crítica y favoreciendo el cambio del propio país.
Tristán Llop