¿Es útil que haya heredado patrones de mi padre o de mi madre?

La mayoría de esquemas que se transmiten entre generaciones responden a una necesidad. Contienen una información que debe ser decodificada. Para configurar el disco duro de un ordenador se requiere un libro de instrucciones que marque los pasos a desarrollar y lo natural será seguir esas indicaciones.

En cambio, cuando se trata de evolucionar, de plasmar en la realidad el guión de nuestra vida, solemos dejar asignaturas para más tarde, tratamos de escapar a las instrucciones que menos nos gustan.

Los esquemas transmitidos por nuestros padres intentan ofrecernos una información a la que gustosamente renunciaríamos (en la mayoría de los casos), si se nos presentara de forma conciente y voluntaria. Esta es la razón principal por la cual esta revelación nos llega codificada.

La información que transmiten los patrones es buena para la persona que la recibe, o por lo menos contiene ingredientes necesarios para su evolución. Pero es preciso tener en cuenta que siempre han existido malos profesores y hace tan sólo unos años nos decían en el colegio (con una barra de cobre recubierta de goma en la mano) que “la letra con sangre entra”. Nadie pone en entredicho la educación, aun cuando el sistema educativo deje mucho que desear. Sin ir más lejos, otro ejemplo lo tenemos en el caso de George W. Bush (presidente de los EEUU) que inició dos guerras “preventivas” y eliminó gran parte de las libertades de los estadounidenses con la excusa de la lucha contra el terrorismo.

Parto de la base de que la gran mayoría de los padres quieren a sus hijos, aún cuando en numerosas ocasiones sean incapaces de demostrárselo, quizá porque vivimos en una sociedad que hasta ahora ha trabajado poco las emociones. Así, unos padres, en lugar de decirle a su hijo: “eres débil de carácter y como te queremos mucho y nos preocupa enormemente tu futuro, vamos a facilitarle unas normas rígidas para que te fortalezcas y puedas de este modo enfrentarte mejor a los retos que te depara el futuro”. En su lugar, le imponen directamente restricciones y reglas obligatorias, que en la mayoría de los casos al chico le parecerán arbitrarias. También puede suceder que se aplique el ejemplo contrario (al revés te lo digo para que me entiendas) y los padres ninguneen de forma continuada a su hijo esperando propiciar que éste se rebote y consiga triunfar en la vida, por pura necesidad de demostrar su valía (todo ello de forma inconsciente).

En la mayoría de los casos el hijo que se siente desanimado, perdido por falta de orientación, menospreciado, maltratado o poco querido, grabará esa enseñanza en forma de patrón y lo desarrollará en alguno de los aspectos de su vida. En el primer caso puede tratarse de alguien sin empuje (patrón de laxitud); en el segundo, la desorientación puede obedecer a querer desarrollar demasiadas actividades a la vez (esquema de dispersión); el menosprecio puede esconder un miedo a enfrentarse a algunos retos (patrón de baja autoestima); en el caso del maltrato, puede derivar hacia un maltratador, un fanático o una víctima –pobre de mí- (patrón de crueldad); y el poco querido necesitará el aprecio y la aprobación de la sociedad (patrón de baja autoestima).

Lo más probable es que la persona se rebele contra sus padres e intente transmitir a sus hijos el esquema contrario, aunque sin una toma de conciencia, acabará por transmitir los mismos esquemas.Cuando reconozca la herencia, comprenda el esquema de comportamiento y acepte que necesita la información que éste le aporta y que sus padres trataron de ayudarle a adquirir, en ese momento habrá dado un paso importante, estará en disposición de superar su esquema y dirigir su vida de forma conciente. Lucio se definió como una persona compasiva, abierta, alegre, pero muy rígido ante ciertas actitudes. Me contó que tuvo una infancia triste porque su madre nunca lo trató con amor, con dulzura, con mimos, sino que su comunicación fue más bien brusca, arisca.

Así, podemos suponer que las sensaciones recibidas que formaron el posterior esquema de comportamiento (la rigidez), fueron asimiladas de forma negativa. Pero, a través de la psicoterapia, Lucio llegó a afirmar que el carácter fuerte y directo que le caracterizaba se lo debía a su madre y que gracias a esos rasgos había conseguido superar situaciones difíciles. Nos encontramos ante una contradicción, ¿La influencia de su madre fue positiva?

Que cada lector elabore su respuesta. Los padres transmiten elementos que, en la mayoría de los casos, resultan constructivos en el desarrollo de la personalidad de sus hijos, aunque sean poco o mal valorados. Lo que puede resultar negativo es que Lucio haya adoptado, además de un carácter fuerte y directo, la rigidez de su madre como patrón y que en su vida lo esté desarrollando inconscientemente como respuesta en algunas de sus relaciones diarias.


Tristán Llop
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