Los profetas

Es hora de escuchar al profeta que está intentando llamar tu atención todos los días. ¿Cuál es el mensaje que te están mandando los profetas hoy?

Estaba echando una ojeada a ese curioso libro llamado la Biblia y leía sobre ese profeta llamado Moisés. Y me he parado a preguntarme, qué son los profetas.

Los profetas son personas elegidas con una misión, la de anunciar los acontecimientos que van a tener lugar en la sociedad. (sigue)


A menudo, en las escrituras, se llama a los profetas los enviados de Dios. Relataban los textos bíblicos que estos hombres sabios aparecían entre el pueblo de Israel para anunciar los males que iban a suceder si no cumplían con los compromisos establecidos con el creador. También nos explican, que al pueblo le resultaba más cómodo acallar esas voces moralistas golpeando, apedreando o matando al profeta. 

Veamos qué dice Kabaleb en su interpretación de los evangelios sobre la muerte del profeta:

“La muerte del Profeta es el resultado de un drama interno que primero acaece en nuestro micro ser humano, antes de escenificarse en el exterior. En efecto, en nuestra organización interna, también el Señor de la viña manda de vez en cuando a sus criados, en el tiempo de los frutos, con el anuncio de que debemos darle su parte. Al estudiar la organización de los mecanismos internos, hemos visto que es nuestra propia personalidad la que llama a las Fuerzas espirituales que han de permitirle satisfacer sus propósitos. Pero no son las únicas fuerzas activas en nuestros cuerpos, sino que comparten los vacíos con los enviados divinos, que aparecen en tiempo oportuno para recordarnos los compromisos con el señor de la viña y, en este caso, la viña somos nosotros, cada uno de nosotros en su micro individualidad. En lugar de pagarles el tributo, procuramos eludirlos y es entonces cuando ellos profetizan lo que ha de ocurrirnos si persistimos en esa actitud. Para acallar esas voces incómodas, nuestros agricultores, es decir, las tendencias que trabajan para la satisfacción de nuestra personalidad episódica, dan muerte al profeta, o bien lo dejan maltrecho y fuera de combate, o lo apedrean, es decir, elaboran una teoría con sus palabras para la propia satisfacción, en lugar de dar el fruto que viene a buscar.”

En nuestros días podríamos llamar profetas a las anécdotas, a las circunstancias, a los personajes que se presentan entre nosotros para trasmitirnos un mensaje y nosotros las ninguneados y tratamos de apartarlos de nuestra vida, Como si eso fuera posible. Hacemos oídos sordos a una realidad cada vez más sonora, hasta que estalla en nuestros oídos y tenemos, como me explicaba un vecino, a los de la puerta de al lado haciendo una fiesta muy ruidosa todo los días.

Sirva como ejemplo esta consulta que tuve con una mujer la semana pasada en París:

Me explicó, entre otras cosas, que tenía problemas con su padre. El hombre la obligaba a llevarlo al médico con la excusa de que padecía distintos síntomas. Y los distintos especialistas siempre daban la misma respuesta: su padre está sano como un roble. Entonces ella se dio cuenta de que su padre quería llamar su atención. Yo le expliqué que simbólicamente, el padre representa el Ego superior. Entonces me contó que había pasado tres años en una escuela de crecimiento personal, pero hacía unos meses que lo había dejado. Al contarlo, se dio cuenta que los síntomas de su padre habían empezado poco después de dejar sus cursos. Le costó poco ligar una cosa con la otra y darse cuenta que su Ego superior se estaba quejando porque había dejado de alimentarlo, y mostraba síntomas a través de su representante en la tierra, el padre. Podríamos decir que ese fue su profeta.

Tristán Llop

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