Iluminación espiritual

Se abrió el chacra de la corona y empezó a entrar luz, o al menos eso me han repetido los que me rodean.

Yo sólo sé que tengo más ideas que capacidad para realizarlas y eso resulta molesto.

Pero empecemos por el principio.

Hacía 5 años que tenía un quiste seboso en la misma coronilla, controlándome el chacra número 7. Un día, después de estar escuchando de forma reiterada los milagros del Vitriolum, decidí hacer una prueba directa.

Lo activé y le pedí que eliminara esta protuberancia de mi cabeza. Tal vez porque los Aries somos algo cándidos (o porque soy tonto directamente), decidí desafiar las leyes de la física y le dije al Vitriolum que la grasa de mi grano se disolviera por dentro de mi cabeza (suena mal ¿verdad?).

El resultado, evidentemente, fue otro muy distinto. Dos días después de haber realizado la petición el grano creció de forma descomunal, empezó a doler, se infectó con un cabello y hasta se reventó un poco. Encantador.

Tuve que irme al dermatólogo (la última visita había sido 5 años atrás, lo sé porque él la tenía apuntada) y me dio un volante para el cirujano o quizá debería decir carnicero…

Al cabo de cinco días me operaron el susodicho. Creo que me quitó la grasa con una cuchara rasposa o tal vez era un cúter. Repasé todo el árbol genealógico del matarife, hasta que me clavó por segunda vez una aguja enorme, con la excusa de que así me iría más tranquilo a casa (se supone que era de anestesia).

Cuando, al cabo de 7 días, fui a quitarme los puntos, el cirujano se extrañó mucho porque se habían vuelto violetas. Y llegados hasta aquí, seguro que adivináis cuántos puntos me había puesto, sí, eran 7.

Así que mi Vitriolum me ha quitado el grano del chacra 7, en 7 días y con 7 puntos.
Ah, me llamo Tristán
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