La Navidad, cómo tener la fiesta en paz

La Navidad sigue fiel a su cita de todos los años, continúa siendo una fiesta entrañable, mágica, llena de luz y color. En diciembre, en el mundo reina la ilusión y los buenos deseos, el amor llena los corazones y nos empuja a buscar regalos para agasajar a los seres queridos.

Pero en ocasiones la Navidad puede constituir también un periodo de incertidumbre, de nervios, de estrés, debido a que vamos a encontrarnos con familiares a los cuales sólo vemos una vez al año o con los que mantenemos relaciones tensas, difíciles; o quizá el problema estriba en que tal cuñado, cuando bebe, se pone muy pesado y en lugar de villancicos nos la da por soleares...

Con el fin de superar desavenencias y restablecer la armonía, o sea, para poder tener la fiesta en paz, te proponemos diez ideas que pueden ayudar a mejorar el ambiente navideño. Este decálogo está pensado para la comida o la cena de nochebuena, Navidad y fin de año, aunque puede ser utilizado en cualquier ocasión que lo requiera.

1.- Pensar en positivo: El pensamiento genera una energía poderosísima y es por ello que conviene empezar por tener ideas positivas acerca del banquete que vas a organizar (o al que vas a asistir) y de la gente que va a acudir a él. Imagina que todo va a salir genial, que se lo van a pasar de miedo, que serán felices y que reinará la armonía. Trata también de eliminar los pre-juicios en relación con los que ya conoces y con los que te han dado nuevas (malas) referencias. Concédeles, como mínimo, el beneficio de la duda, la posibilidad que este año se comporten de forma distinta.

2.- Mandar corazones: Años atrás podían verse en la televisión unos dibujos animados llamados: los Osos Amorosos. Se trataba de unos ositos que se dedicaban a rebajar la tensión ambiental y a luchar contra las fuerzas del mal (representadas siempre por gente malhumorada y gris) mandando corazones a sus adversarios. Esta es la base de la segunda idea. Aún a riesgo de parecer infantil, propongo que imagines que salen de tu corazón hermosos corazoncitos de color rosa y que van a parar a las personas que tienen que acudir a tu convite (sobre todo a los más conflictivos). Con cinco minutos será suficiente. También puedes rodear tu casa de un collar de corazones. Es un ejercicio que siempre funciona, pruébalo.

3.- Encender velas: Mucha gente enciende velas de forma habitual y más aún en Navidad, pero se trata de realizar esta acción con un objetivo concreto, que seas consciente de la razón por la cual las prendes. Para ello te sugerimos que en el momento de alumbrarlas te concentres pensando que las enciendes para crear armonía, para que la luz ilumine vuestros corazones y para que el ágape sea un éxito coronado con la concordia y la paz. Quizá sea más apropiado que el número de velas que emplees para iluminar tu mesa sea impar, ya que los impares son activadores de voluntad.

4.- Poner un regalo: Proponemos que compres un regalo para cada uno de tus comensales, nada presuntuoso, un simple detalle, ya que lo importante en estos casos es la intención y el amor que pongas en ello. De este modo, estarás conectando con el corazón de tus invitados y como una de las leyes del universo proclama que Dar te lleva a Recibir, es probable que en contrapartida recibas armonía y afecto, y algo más…

5.- Limpiar la casa.- Todo el mundo se esmera en limpiar su casa por Navidad para recibir a los invitados en las mejores condiciones. Pero las relaciones humanas crean otro tipo de suciedad: las discusiones, los disgustos, los arrebatos, la tristeza, la depresión y tienen tendencia a dejar resquicios invisibles en el ambiente, lo que comúnmente llamamos “malas vibraciones”. Para combatirlas y conseguir echarlas de nuestro hogar podemos utilizar sencillos remedios. Poner música clásica, cantos gregorianos o incluso villancicos, cambiará la vibración del ambiente. Encender un incienso y pasearnos por la casa repartiendo su humo y pensando que estamos purificando el ambiente (es preferible que la casa esté vacía), también dará resultado. Otro sistema muy utilizado es el de echar sal en el suelo, dejarla durante una hora y barrerla (echándola luego a la basura y ésta fuera de casa).

6.- Perfumar el ambiente: La rosa es tal vez la flor que más representa el amor y su esencia es portadora de armonía. En la farmacia se puede comprar esencia de rosa (por encargo -evitar confundir con Agua de Rosas-). Una vez adquirida, con un cuentagotas se ponen 27 gotas de esencia en un vaporizador de uso casero (de los que se utilizan para la limpieza) y se llena de agua. Con el resultado se puede vaporizar la casa todos los días durante una semana antes del banquete. Al cabo de ese tiempo, se respirará un suave olor a rosas que agradará a tus invitados y los sumirá en un ambiente de armonía y felicidad.

7.- Vestir la casa: En tu hogar puedes utilizar dos tipos de adornos: los que se ven y los que pasan desapercibidos. El árbol de Navidad, el belén, los adornos en la mesa, ayudarán crear un ambiente cálido y acorde con las fechas. Otra pequeña estrategia que ayudará a armonizar será la de pegar papelitos debajo de la mesa, en los cuales se escriben deseos de paz, amor, felicidad, bienestar, por ejemplo: que reine hoy la armonía. Pueden situarse estratégicamente debajo de donde van a sentarse las personas más conflictivas (e incluso personalizarse) o colocarlos para cada uno de los comensales. Unos corazones dibujados por la propia persona y puestos debajo de los platos, también darán buenos resultados.

8.- Cocinar con amor: A menudo las comilonas que se preparan para las fiestas causan estrés, nervios e inseguridad a los encargados de prepararlas y se olvidan de poner el ingrediente mágico en el puchero. Como ya hemos comentado, la fuerza del pensamiento es enorme y debemos utilizarla en nuestro provecho. Se trata de sentir, mientras se está cocinando, que se toma amor (como cogeríamos sal) de un frasco imaginario y se pone concientemente en cada uno de los platos que se elaboran. También podemos dibujar un discreto corazón en cada una de las botellas de vino y de champaña que se vayan a consumir con el fin de reducir sus efectos nocivos.

9.- Visualizar el resultado: Antes de que tenga lugar la reunión se puede llevar a cabo una pequeña meditación o un ejercicio de concentración en el cual trataremos de visualizar el resultado final del banquete, con toda la familia brindando feliz y en armonía. Visualizar es una manera de acercarnos al futuro que deseamos. Para conseguir buenos resultados en la práctica anterior son necesarias dos premisas: creer en lo que se está realizando y huir de la tiranía de los hechos (marcados por la experiencia negativa de años anteriores que nos llevan a presuponer que la situación se repetirá). Este año va a ser distinto, éste es el mensaje.

10.- Los buenos deseos: Para terminar este decálogo, cuando tengamos a toda nuestra gente posicionados en la mesa, pensaremos en cada uno de ellos durante unos segundos y desearemos que sus problemas se solucionen y que el nuevo año les traiga prosperidad, bienestar y felicidad (además de las venturas que se nos ocurran).

Como el aprendizaje siempre viene a través de la práctica, me encantaría si quisierais compartir vuestras experiencias y escribierais para contar el resultado de la aplicación de este decálogo. Os deseo de corazón unas felices fiestas.
Tristán Llop

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