El karma, ¿Qué es?

Tienes un gran karma; ese es tu karma; tienes que lavar tu karma; no podrás avanzar hasta que te liberes de tu karma; tienes un mal karma. Todas estas so frases que oímos a diario en conversaciones normales. ¿Qué es el karma realmente? ¿Sirve el karma para justificar cualquier cosa? ¿Si algo me va mal en la vida es por culpa del karma? ¿El karma es eterno? (sigue)


Karma es un término que se utiliza para referirnos a las facturas que se han dejado pendientes en el pasado. Podemos decir que es una especie de deuda.

Para entender la noción de karma, primero es preciso creer en la reencarnación y en la teoría de que la vida es una sesión continua, en la que cambiamos de cuerpo y de escenario, pero no de esencia. Su objetivo principal es cosechar experiencias.

En base a este argumento, imaginemos que tenemos un huerto y en él vamos plantando nuestras hortalizas, plantas o árboles. Si las semillas son de lechugas, las recogeremos rápido, pero si son de un peral, habrá que esperar años. Pongamos que por razones diversas abandonamos el huerto, dejando frutas por cosechar. Éstas seguirán siendo nuestras y deberemos recogerlas en un momento o en otro.

El karma sería pues la obligación de cosechar lo que antes hemos plantado, aun cuando se nos haya olvidado. Pongamos que sembré un engaño, cuando me llega el tiempo de la cosecha deberé vivir en propia piel lo que representa un engaño, para saber lo que se siente y asimilar así la experiencia desde el ángulo contrario.

En mi opinión, no se trata, como muchos quieren hacernos creer, de una cuestión ética, de aprender a portarnos bien o mal, sino de una vivencia que nos aportará un aprendizaje, a través de ella sabremos si nos interesa, como inductor o como receptor, esa experiencia.

Ahora bien, utilizar el karma para justificar cualquier vivencia negativa que se repita en nuestra vida es excesivo.

A menudo nos encontramos ante situaciones que provienen de un karma, pero una vez vividas y comprendidas, es preciso superarlas y seguir hacia delante. Pongamos un ejemplo.

Una persona ha vivido dos o tres relaciones de pareja difíciles. Le interpretan su carta astral y le dicen que los malos aspectos de Saturno en su Casa VII la llevarán a tener relaciones complicadas y que son karmáticas. Así nuestra candidata prefija un patrón: yo sólo puedo tener malas relaciones. El resultado habitual es que llega un momento en que dejará de tener relaciones o asumirá que tiene que ser desgraciada.

Pero resulta absurdo, porque si hemos dicho que el objetivo principal de la vida es realizar experiencias, ¿qué sentido tendría repetir siempre la misma?

El karma no es algo eterno. Si tienes una deuda, la pagas y se acabó. Así que debemos dejar de ampararnos en el karma y pensar que si en la vida nos ha tocado ser desgraciados, pues a aguantarse. Si estamos viviendo la experiencia de pasarlo mal, pues la siguiente debería ser la de pasarlo bien.

Una de las frases que más utilizo, que parece que me copió Einstein, es: misma historia, mismo resultado. Es el momento propicio para cambiar cosas en tu vida. Y recuerda que si lo que plantas en tu huerto es de buena calidad (Amor, ilusión, felicidad, buen rollo…) eso es lo que cosecharás, junto con lo que plantaste antes, claro está.

Si te ha gustado mi plantación, recuerda compartirla. Gracias.

Tristán Llop


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