A veces la vida nos manda señales pero a nosotros nos cuesta descifrarlas o lo hacemos de forma equivocada como le pasó a los monjes de un monasterio:
Un joven novicio llega al monasterio. La tarea que se le asigna es la de ayudar a los otros monjes a transcribir los antiguos cánones y reglas de la Iglesia.
Se sorprende de que esos monjes efectúen su labor a partir de copias y no de los manuscritos originales. Va a ver al padre abad, le explica que si alguien hubiese cometido un pequeño error en la primera copia, ese error se propagaría a todas las copias posteriores...
El padre abad le responde:
- Hace siglos que procedemos así, que copiamos a partir de la copia precedente, pero tu puntualización es buena, hijo.
A la mañana siguiente, el padre abad desciende a las profundidades del sótano del monasterio; una cava donde están preciosamente conservados los manuscritos y pergaminos originales. Donde hace muchos años que nadie ha puesto los pies ni tocado los cofres que los contienen.
Se pasa allí la mañana entera, después la tarde, después la noche, sin dar señales de vida. Las horas pasan y la preocupación crece hasta el punto en que el joven novicio se decide a ir a ver qué es lo que pasa.
Baja y encuentra al padre abad completamente ido, las vestiduras desgarradas, la frente ensangrentada, golpeándose sin parar la cabeza contra los venerables muros.
El joven monje se precipita sobre él y le pregunta:
- Padre abad, ¿qué le sucede?
- ¡AAAAAAAAAAAHHHHHH! ... ¡Qué imbéciles!!!
!CARIDAD!!!! ...¡CARIDAD!!!!... ¡¡¡ Eran votos de "caridad" … no de "CASTIDAD" !!!
Tristán Llop, la búsqueda del tesoro interior
4 comentarios:
Como la vida misma. No hacemos caso de las señales (sobre todo de las interiores, qué son las mas importantes)
que verdad! cuantos mal entendidos casuales y sin malicia pueden hacernos daño, hay que tener el coraje de desenredarlos y pensar en la posibilidad de un equívoco para no dañarnos.
Las señales a veces son traviesas y parecen confusas.
Saludos.
Rita
La verdad está compuesta de varios puntos de vista y no viceversa.
Cteo que las señales son válidas, siempre que dejemos que sea la voz del corazón quien nos guíe.
Publicar un comentario